Regina Paz
19 de enero de 2018.
Cincuenta años.
Cumpleaños para ochenta personas en un salón cercano a casa.
Mejores amigos y la familia.
Cuatro hijos.
El marido.
Mucho humor, mucha alegría.
Monólogo de humor para los invitados.
Una escena de vida fantástica para envidiar.
Títulos universitarios, de grado y posgrado.
Un examen excelente para iniciar la carrera directora.
¡Qué más se podía pedir a la vida!
19 de enero de 2018.
Informe: Bi Rads 4 c
¿Por qué existe internet?
Biopsia.
Confirmación.
Antecedentes médicos: madre con cáncer de mamas en 1966.
Antecedentes psicológicos: Un par de años de angustias.
¿Quién dijo que el cáncer no duele? Duele en el alma, duele en el aire que respiras, duele en la mirada de los que te miran, duele más de lo que se puede imaginar.
Energías negativas muy cercas.
01 de febrero de 2018.
Mastólogo F.O.: Mirada distante. Fecha de operación, marzo. Tratamiento posible: R……
Todo normal. Cáncer de mama derecha. Hallazgo a tiempo.
¿A tiempo? ¿Hay tiempo para encontrar temprano el cáncer?
Felicitaciones. Debe estar agradecida a la vida. Un lujo.
Me río, qué hermoso: tengo cáncer pero… a tiempo. Hoy festejo, hoy festejo yupi, yupi.
08 de marzo de 2018.
Día de la mujer. El cáncer de mamas es prioritario de mujeres… qué lindo día. No me gustan las publicidades con las cintas rosaditas. Los controles a tiempo.
Día de la operación.
Día del encuentro con la verdad.
Todo bien. Tamaño: un poco más grande de lo observado en los estudios…
¿Para qué sirven lo mil estudios que daban el tamaño exacto? La ciencia no es exacta… un buen tema para mi monólogo de humor.
Plan oncológico nacional.
Una buena obra social y mil estudios más.
01 de abril.
No hay turno para ningún oncólogo.
¿Era un gran hallazgo haberlo detectado antes? ¿Porque todos los oncólogos de Mendoza están ocupados con todos los pacientes oncológicos de Mendoza por los próximos tres meses? Pienso que eso sería un buen tema para escribir un monólogo de humor, con los siguientes títulos: “BI-Rad 4 solo para entendidos” o “Cáncer no es mi signo”, o “Los oncólogos y el cáncer” o “Los whatsApp de autoayuda: maripositas, amaneceres y frases de gente que no tuvo cáncer”.
No tengo certificado que dé mi diagnóstico para presentar en el trabajo. Tengo cáncer pero no tengo oncólogo, eso es como decir que tengo voz y no hablo. Los resultados daban cáncer pero solo un oncólogo lo podía certificar. Eso sí, todos me aseguraban que no había duda, ¡pucha qué lindo es ser médico y no poder certificar una enfermedad!
Centro oncológico: abierto, todo pintado de blanco y azul. ¿Según el Feng Shui el azul es buen color para el cáncer?
Empleados distantes.
Un aire denso en ese lugar. Videos de humor en las pantallas de los televisores. Se ríen –mirando los videos- los acompañantes que esperan sentados la llegada de sus familiares calvos o con pañuelos.
Muchos pañuelos y cientos de rostros grises y tristes. Historias que nadie quiere escuchar pero que indefectiblemente escuchan porque no hay nada para escuchar, salvo el sonido de tus preguntas: ¿Cuándo terminará todo esto?
15 de abril (12:00 Hs.)
Único turno posible. Después se entenderá porqué era el único oncólogo con turnos libres.
Pequeño. Mirada distante.
Nunca preguntó mi nombre.
Nunca preguntó mi edad.
Nunca me miró.
“Seis sesiones de Q…, quince de R… y no quede embarazada”
“No es la muerte quedarse pelada y tampoco estar descompuesta”
“Algunos mueren de cáncer y otros de gripe” Yo le agrego: “y también se mueren de Cáncer de próstata”. Creo que le dolió.
¿Debería haber elegido otro oficio este profesional de la salud: carnicero, plomero? Si le pregunto por un corte de carne, me hubiera mirado: punta de espalda de vaca muerta. O se le rompió el caño porque hay mucha caca.
15 de abril (18:00)
Habitación cerrada.
Celular apagado.
Mucho dolor.
Bajar las escaleras y mirar a todos.
“No lo haré”
“No haré el tratamiento”
“El cáncer no es una enfermedad y el primero que se oponga a mi decisión se va de esta casa”
Las miradas con lágrimas de todos.
Me río y les voy diciendo lo que les iba a dejar a cada uno. Los libros se venden, la ropa se regala, los títulos se tiran y nadie habla. Me vuelvo a reír, pero ya nadie se ríe. ¿Por qué?
Mayo
Los amigos: “No podés ser tan soberbia”
La familia: silencio
Los compañeros de trabajo: “Yo conozco gente que se salvó con el tratamiento, pasa y luego es un recuerdo”
Turno con una eminencia oncológica: amigo de una amiga de una amiga que consiguió un turno. Solo se consiguen turnos con oncólogos importantes si hay contactos importantes, ¿qué hacen los que no tienen amigos de amigos de oncólogos importantes? Siguen el protocolo del Plan Oncológico Nacional. Y si tiene un dios…los acompaña. Si no hay dios… suerte.
Médico oncólogo J. I. Mirada dulce. Sabe mi nombre porque una amiga de una amiga se lo dijo.
Sonríe. Mira los estudios.
Salva el honor de su colega oncólogo de abril.
Yo no quiero escucharlo porque yo ya tomé una decisión, pero ya tenía turno.
No es necesario Q… porque está en un grado inicial.
Lo miro. Me río. ¿Lo dice la ciencia, lo decís vos (lo tuteo porque es de mi edad) o lo dice la amistad de la amistad que lejanamente nos relaciona?
Él insiste que no hay necesidad de Q… pero sí de R….
04 de mayo
Mi hija mayor ha conseguido el turno para una oncóloga joven, con carrera promisoria y representante de los principales laboratorio de oncología.
La cita es en Capital Federal.
La consulta: una exposición generosa de nivel académico.
¡Qué nivel ser oncóloga! No hay lugar para otra especialidad. ¡Vivan los oncólogos!, ¿cómo viven los oncólogos? Viajes, buenas vacaciones, buenos autos, buenos celulares. Un poquito de dolor por los que se mueren…pero ya vienen otros. Es una cadena.
La mujer joven y brillante es más una médica egocéntrica que una mujer comprometida con el dolor.
Al final de la cita se acostumbran los egos y se suavizan las soberbias.
La científica coincide con el médico oncólogo de Mendoza: no necesita tratamiento invasivo.
01 de Junio
Nueva reunión para determinar zona de R….
Próximo tratamiento: julio.
Julio
Mes de vacaciones docentes. Soy docente, tengo derecho a retirarme unos días a disfrutar de mi cáncer y de mi vida. El paisaje del Norte Argentino me devuelve la paz.
Por decisión personal no voy a hablar con mis dos vecinas (Ch. de 40 años y M. de 50) que también tienen cáncer y están con el santísimo tratamiento invasivo que las salva de morir consumidas por la terrible enfermedad. Ellas tienen mi edad, aproximadamente, empezaron algunos meses antes que yo. Respetan la ciencia y a dios. Algo me dice que no coincido con ninguna de las dos: no creo ni en la ciencia ni en dios. Ambas me dan dudas razonables de que estén cerca de la verdad. Ellas están grises y cuentan con detalles su dolor. Yo… no.
¿Cuál es la verdad?
Me hago esta pregunta para empezar a pensar.
No leo libros de autoayuda.
No leo libros oncológicos.
No pongo otros eufemismos a mi estado.
Elijo
Elijo fijar mi vista en las cosas que amo y me despido de las que no deseo.
Respiro profundo y por sobre todas las cosas me río. Algo que siempre está mal visto en esta sociedad.
No está bueno que una profesional como yo se ría, diga palabras obscenas y rechace las convicciones. ¿Estar en contra me habrá producido cáncer?
Algunos deben revisar sus ancestros. Empiezan las teorías conspirativas: la astrología, la medicina cuántica, la búsqueda de abuelos, bisabuelos y tatarabuelos dolidos y enfermos. El tiempo pasa y siguen siendo iguales que la ciencia de inciertos.
Respiro profundo.
Hay historias de mujeres que lo superaron: mi madre sobrevivió cuarenta años y nací yo.
Hay historias de mujeres que no sobrevivieron: la mujer que estaba en la cama de al lado de mi madre el día que le mutilaron un pecho.
Hay historias que te desgarran y otras que te incentivan, pero ninguna es la mía.
Yo tenía que buscar la mía.
Empecé por seguir riéndome.
Desestimé la ciencia.
Desestimé la oración.
Desestimé la verdad de otros.
Desestimé la mentira.
Elegí vivir.
Elegí reírme.
Elegí no hacer tratamiento.
Elegí seguir sin ciencia y sin dios.
Elegí no esperar a los oncólogos y su sabiduría repetida.
Elegí no mirar los miles de estudios que no entiendo y que internet me desfigura en oscuras telarañas de dolor.
Elegí decir que el cáncer no es una enfermedad.
Lo demás…. Habría que preguntarles a los médicos, a los guías espirituales, a mis vecinas.
19 de enero de 2019.
Turno para el control Marzo 2019. Otra vez oncólogo lejano. ¿Iré? Seguro que no.
25 de enero de 2019.
Soy feliz, porque no sé qué es lo que me pasó hace un año, pero sé que elegí vivir.
Marzo 2019
No fui.