Lolita
Mami? Mami?..Estas ahí?
Luna tenía 7 meses de vida. En el sueño me buscaba: Mami? Mami?
Yo estaba allí, pero ella no me veía. Mami? Mami?…seguía llamando.
Desde el día que nació sentí que ella había llegado con un propósito: salvarme la vida. Quizás por ese sueño, o quizás porque no podía alimentarse de mi pecho izquierdo, me llevó a palparme. Estaba allí. Agazapado, listo para la acción.
Esto fue hace 15 años. Yo tenía 37.
Sin antecedentes genéticos, sin enfermedades preexistentes, se presentó como una tormenta, como un desastre. Recuerdo el sentimiento de soledad. Luna era una beba y Manu tenía 8 años. Mis hijos, mi motor, mi sostén. Y yo? Lidiando, “debía” seguir criándolos, yo “tenía” que ser fuerte, no podía parar, no me lo permitía. Cirugía, quimioterapia, rayos. El pelo creció, la vida continuó. Y todo pasó.
Todo pasó?
Muchos años después atravieso una separación de pareja muy dolorosa, fallece mi padre que era mi mentor, mi guía y fui víctima de un secuestro y robo.
Enfermo nuevamente, misma mama, la de lado del corazón.
Esta vez sentí que la enfermedad volvió y yo estaba más entera, más en mí, en una búsqueda. Llegó lapidaria, sin contemplaciones, arrasadora. Se llevó parte de mi cuerpo dejando duras cicatrices.
El cuerpo físico se expresó y esta vez yo estuve dispuesta a escuchar.
Llegó para hablar conmigo. Llegó para cambiar mi vida.
Recuerdo mi enojo, mi angustia.
Comencé a asistir a talleres y seminarios de inteligencia emocional y espiritual. Alguien ahí me dijo algo: que se podía “agradecer a la enfermedad”, lo miré atónita, descreída y hasta enojada, que me dice?!!! Pensé, no me ve con el pañuelo en la cabeza? Estoy enferma!! Estoy pasando por un tratamiento espantoso!!! Que tendría que agradecer?!
Y hoy, después de poco más de dos años, agradezco.
Fue cuando comencé este camino de búsqueda. Esas búsquedas dolorosas y ricas, las de adentro: Quién soy? Cuál es mi propósito? Me amo? Me priorizo? Le doy a mi cuerpo lo mejor? Expreso mis emociones sanamente? Que siento?
Poco a poco ese camino se convirtió en un camino de posibilidades, de aventuras, de sorpresas. Mi cambio de percepción hizo que lo que antes tenía frente a mí, cotidianamente (vínculos incluidos) ahora luzca distinto, observando la belleza de lo que me rodea.
Aparecieron nuevas palabras en mi vida: Meditación, relajación, respiración, yoga, conciencia, luz (si!! luz como vehículo de sanación), emociones, sentimientos.
A partir de mi propia experiencia y de esa soledad que sentía al principio, surgió la necesidad de dar testimonio: que se puede!!! Que se puede llevar adelante la experiencia de la enfermedad y hasta ser feliz, que la felicidad es un estado interno y que lo podemos elegir! Si! Podemos elegirla!
Así fue que creé un espacio en redes sociales donde relato experiencias que tienen que ver con transitar un cáncer de mama. Intercambiamos información médica y de belleza femenina. Y me permito escribir con el corazón. Allí mis seguidoras, a las que yo llamo “heroínas”, escriben y leen comentarios. Siempre con una mirada esperanzadora. Ellas (y yo) encontramos un espacio de contención que a mí me llena el alma ya que se convirtió en un propósito de vida.
Actualmente también, estoy renunciando a mi trabajo como directora en una empresa para adentrarme en la búsqueda de mi ser. Es una sensación de adrenalina que me hace estar más viva que nunca. El soltar el control me hace sentirme libre. Intentaré dedicarme a mi bella profesión, (arquitectura) postergada durante muchos años. Buscando la mejor versión de mi misma. Resignificando mi vida.
Me priorizo, me amo, me valoro.
Reconocer en cada minuto de mi vida lo grandioso de la existencia y el valor, porque no, de la impermanencia.
El amor que todo lo aglutina y resume, pasó a estar en primera fila, como prioridad en el tesoro de los bienes más apreciados.
Siento que cuando realmente sabes lo que querés, te llenas de fuerzas, seguridad y firmeza, saber que queres y hacia dónde queres dirigir tu vida toma tiempo, mucho tiempo y no es fácil. Es un camino sinuoso, con altos y bajos, pero es un camino de plena conciencia, de amor por uno mismo y por los demás, un camino de meditación y reflexión. Es un camino de sanación, y ese poder sanador está dentro mio.
Gracias cáncer.
Hace pocos días fue mi cumpleaños, y me hice un regalo muy especial. Mi primer tatuaje. Una bella mariposa como símbolo de belleza, espiritualidad y poder de transformación.
Soy mariposa.