Ladyj

Querido pollito mío,

Te escribo porque quiero explicarte lo que le está pasando a mamá, y los cambios que vas a ver en mi cuerpo en poco tiempo.

Esta historia no es un cuento de hadas pero tampoco uno de brujas malas. Puede darte un poco de miedo pero tendrá, lo prometo, un final feliz.

Había una vez una mamá  -tu mamá- que hace cuatro semanas mientras se pasaba jabón por el cuerpo en la ducha sintió que sus dedos tocaban algo duro en una de sus mamas.

Lo tocó varias veces, comparando lo que sentía en una y otra mama. Y definitivamente eran sensaciones distintas. Una tenía como una pelotita adentro. La otra no.

Cuando uno siente algo raro en el cuerpo tiene que ir al doctor. Y el especialista que atiende los problemas de las mamas de las mamás se llama mastologo. Fui a uno que me recomendaron, que tiene su consultorio cerca de casa.

Los niños cuando van al doctor sienten miedo, los adultos también. Temblaba.

Quiero decirte la verdad: tu mamá no es tan valiente.

El doctor luego de revisarme me dijo que tenía que hacerme un estudio especial que se llama mamografía.  Ese estudio permite ver una foto de la parte interna de las mamas, para analizar lo que hay adentro de cada una de ellas. Es una especie de radiografía pero del busto de las mujeres. ¿Recuerdas que te hicieron una radiografía de la rodilla cuando te caíste, el verano pasado? Por suerte no tenías nada roto y ese estudio no te dolió.

Pero la mamografía sí duele porque aplastan cada una de las mamas en una especie de prensa, para dejarlas “chatitas” y sacar la foto con el aparato digital. Hay que tomar aire profundo, dejar de respirar por unos segundos y no moverse para que salga bien la imagen.

El resultado de ese estudio tardó un par de semanas; lo fui a retirar y se lo llevé al doctor. El mastologo lo examinó y me dijo que tenía un nódulo en la mama derecha. Ese nódulo es la pelotita que mamá sintió cuando se pasaba jabón por el cuerpo.

El doctor me dijo que tenía que hacerme otro estudio más específico, llamado punción. Que consiste en pinchar la mama -donde está el nódulo- con una jeringa (igual a las que se usan para dar vacunas) para sacar un poco de células del nódulo y estudiarlas en el laboratorio. Así pueden saber si el nódulo es bueno (benigno) o malo (contiene células enfermas).

Así que a la semana siguiente me fui a hacer la punción. No me dolió porque me dieron anestesia en la zona. Pero igual tu mamá lloró.

Quiero decirte la verdad: tu mamá tiene mucho miedo.

Apenas estuvieron los resultados de la punción se los llevé al mastologo. El doctor leyó los papeles, respiró hondo y me dijo con cara seria: “dio mal, hay que sacarlo”.

Cuando los médicos hablan a veces es difícil entenderles. Por eso le dije que no comprendía lo que eso significaba y que por favor me explicara cuál era el problema.

Entonces el doctor me dijo que el estudio de las células reveló que tengo una enfermedad que se llama “cáncer de mama”. Y el nódulo es un carcinoma. Son palabras difíciles que uno nunca quisiera tener que aprender.

Quiero decirte la verdad: tu mamá casi se desmaya del susto.

La palabra cáncer es muy fuerte porque está directamente asociada con la muerte. Y yo me siento muy viva. Y no podía creer lo que el doctor me estaba diciendo sobre mi cuerpo enfermo. Porque a mí no me dolía nada de nada. No me duele nada de nada.

Quiero decirte la verdad: tu mamá está paralizada por lo que viene.

Para poder curarme del cáncer de mama tengo que hacer un tratamiento largo, de muchos meses. Dura el mismo tiempo desde que empieza tu escuela, hasta que se terminan las vacaciones de verano.

Primero hay que operar la mama para sacar el nódulo. Y mientras mamá estará dormida por la anestesia van a estudiar -poniéndome un líquido azul- un ganglio que se llama “Centinela”. Eso va a definir si la enfermedad se expandió por el cuerpo -a través de otros ganglios- o no.

El mastologo, cuando esté en la sala de operaciones, va a decidir si solo saca un pedacito de la mama (a eso se le llama “cuadrantectomía”) o si me va a sacar la mama entera (a eso se le llama “mastectomía”).  Además si encuentran el ganglio centinela enfermo, me van a sacar todos los otros ganglios de la axila (a eso se le llama “vaciamiento axilar”).

¡Cuantas palabras extrañas que tenemos que aprender!

Quiero decirte la verdad: no voy a saber cómo va a quedar mi cuerpo.

Luego van a estudiar el grado de cáncer que tengo y cuál es el tratamiento a seguir. Pero es probable que tenga que hacer quimioterapia y después radioterapia.

La quimioterapia es una droga líquida que se usa para curar a los enfermos de cáncer y que se pasa por las venas del paciente.

Quiero decirte la verdad: la quimioterapia hará que se me caiga todo el pelo.

Me compraré una peluca y usaré gorros y pañuelos en la cabeza para disimular la calvicie. También perderé las cejas y las pestañas. Además me voy a sentir débil, por lo que estaré mucho tiempo acostada en la cama y con el estomago revuelto.

Las uñas de los pies y de las manos se volverán débiles y amarillas. Probablemente varias se me caerán. Son todos efectos secundarios de la medicación.

Esta etapa del tratamiento durará aproximadamente ocho meses, hasta que terminen las vacaciones de invierno. Luego el pelo empezará a crecer, lentamente, un centímetro cada mes. Y también me nacerán cejas y pestañas nuevas.

Lo único que no volverá a crecer es la mama operada.

Quiero decirte la verdad: serán muchos cambios pero pasajeros.

Luego podré volver a ser la misma de antes o una versión renovada.

Una vez que termine con la quimioterapia va a llegar la etapa de la radioterapia.

Para lo cual me van a realizar cinco tatuajes, en forma de lunares, de color azulado.  Esos tatuajes se llaman “marcaciones”. Y sirven para que después el aparato -que emite los rayos- este dirigido a las zonas exactas de mi cuerpo.

¿Recuerdas cuando querías hacerte un tatuaje y yo te dije que no porque no tenias edad suficiente? Bueno, tu mamá, a quien no le gustan los tatuajes, al final va a tener varios en su piel.

La radioterapia es el último paso del tratamiento.  No duele pero es cansador. Tendré que ir todos los días, durante un mes y medio, a un lugar para que me apliquen los rayos sobre la piel. Me tengo que colocar una crema, en forma circular, media hora antes de recibir los rayos;  y aplicarme la misma crema media hora después. Esto evita que la piel se lastime. Porque si la piel se lastima, hay que suspender el tratamiento. Y todo se alarga y se vuelve eterno.

Quiero decirte la verdad: siempre quise protegerte con mis alas pero hoy están rotas.

Se vienen tiempos muy distintos. Tus alitas, que recién empiezan a volar, no pueden sostenerme; ni quiero que lo hagan. Ellas tomarán vuelo propio cuando les corresponda.

Sé que te prometí un final feliz pero fue desde mi ilusión, mis ganas, mi optimismo. Sinceramente no sé cómo terminará.

Si pudiese elegir un final… sería riéndonos y dibujando un arcoíris en el cielo.

Quiero decirte la verdad: te quiero mucho.

Tu mamá.