El bendecido
Todo comenzó con una supuesta hernia inguinal hace nada más que cuatro meses. Me vieron un par de médicos que supusieron que la pequeña protuberancia que tenía en la ingle izquierda era nada más que producto de un esfuerzo realizado en el gimnasio, que derivó en una hernia.
Ello motivó la programación de una simple cirugía para el mes de Octubre de 2018. Un trámite nomas, pensé yo.
Pero resulta que en el quirófano al realizar la operación, que duraría unos 30 minutos, el cirujano se encontró con la sorpresa de que en lugar de una simple hernia, se encontraba allí un tumor ganglionar.-
Como consecuencia de esta inesperada y no prevista situación, la intervención quirúrgica se extendió por tres horas aproximadamente, según fui informado con posterioridad.-
Hasta ese momento todo era desconcierto para mí, pero no me gustó nada la expresión del médico cuando me informo de lo sucedido, quien me dijo que lo extraído, iba a ser llevado al laboratorio del Sanatorio donde se realizo la intervención quirúrgica, para realizar una biopsia.-
Luego, a los pocos días, tuve el resultado de esa biopsia, la cual concluía que era Cáncer. Ese fue el primer golpe. Es muy difícil de explicar lo que se siente. En lo que primero pensé fue en mis hijos. En como afectaría sus vidas, sin su padre. – Posteriormente me di cuenta como todo se puede dar vueltas de un momento para otro. Me sentí muy mal, Lloré junto a mi esposa y mis hijos en el living de mi casa, mientras leía una y otra vez el resultado de esa biopsia.- Se me cayó el mundo a pedazos. Me di cuenta que estaba por separarme de esa hermosa y maravillosa familia que tengo.- Me desesperaba saber que esta enfermedad me impediría ver a mis hijos y a los hijos de ellos en el futuro, y que no podría envejecer junto a mi amada esposa y compañera con la que estoy casado hace 26 años.- Ese fue el primer golpe que recibí.-Pero ese no fue el único.
El segundo golpe fue cuando llegó, de un laboratorio de Buenos Aires, el resultado de la segunda biopsia por medio de la cual tomé conocimiento de que tipo de cáncer es el que tengo. Recuerdo bien que la Hematóloga que me estaba atendiendo, me convocó a su consultorio, a última hora de la tarde. Ya me parecía muy rara esta inusual cita. Lo cierto es que cuando concurro, en compañía de mi esposa, ella me comunica con mucho tacto, que el tipo de Cáncer es un LINFOMA NO HODGKIN B DE CELULAS DEL MANTO, o comúnmente denominado LINFOMA DEL MANTO, procediendo a informarme acerca de la gravedad del mismo y lo agresivo que es, motivo por el cual con carácter de “URGENTE” requiere mi derivación a un Hospital de Pilar (Bs. As.) para realizar varios estudios con el objeto de determinar el tratamiento a seguir.-
Seguía cayéndose mi mundo a pedazos. Recuerdo que esa noche casi no pude dormir. No lo podía creer. Estaba todo bien, y de un momento a otro, todo había cambiado. No lo podía procesar. Me desperté al otro día y pensé que había sido una pesadilla, pero lamentablemente no fue así.-
Una vez calmado, y atento al carácter de URGENCIA con el que debía ser atendido en el Hospital, traté de organizarme para viajar desde mi lugar de residencia (Posadas, Misiones), hacia dicho Hospital en Pilar (Bs.As). Le pedí a un amigo que me llevara en su vehículo porque no podía trasladarme por otro medio, (dado que no habían vuelos ni ómnibus desde y hacia este destino y yo no estaba en condiciones de manejar), quien como todo amigo de esos que son “de fierro” accedió sin demoras.-
Una vez que llegué a Pilar (Bs. As.) alquilé un departamento temporario porque debería estar allí por lo menos diez días para hacerme diversos estudios tendientes a establecer el tipo de quimioterapia que iba a empezar.-
Repito, todos esos estudios durarían como mínimo diez días. Pero resulta que cada vez que comparecía a alguno de los lugares de ese Hospital para solicitar un turno a los efectos de hacerme el correspondiente estudio, siempre algo sucedía y terminaba haciéndolo en ese momento o a las pocas horas o a los pocos días. Así sucedió por ejemplo con el estudio de la Punción de Medula Osea, que fuimos con mi esposa a preguntar para sacar un turno y nos encontramos con que un paciente había cancelado su turno y me daban uno en su lugar. Con la misma rapidez me dieron los turnos para la Colonoscopía y Endoscopía, como así también los restantes análisis de sangre y el estudio del PET Scan (Tomografia Por Emisión de Positrones), que es el que se hace en una máquina similar a un tomógrafo, pero que permite escanear todo el cuerpo íntegramente en busca de células cancerígenas del Linfoma del Manto, en mi caso. Este último estudio es el más complejo y duró unas cinco horas. Si, cinco horas estuve en esa máquina, y esas cinco horas “recé sin detenerme” .Es difícil de explicar pero creo que hasta recé soñando, porque en algún momento tuve una especie de somnolencia, pero sé que nunca deje de rezar.-
Lo cierto y concreto es que a raíz de esas “casualidades” que hicieron que me pudiera hacer los estudios con tanta rapidez, pude volver a Posadas al quinto día, (tendría que haberme quedado un mínimo de diez días) para volver más adelante a los efectos de iniciar el tratamiento de quimioterapia.-
Ese regreso anticipado me permitió (aconsejado por mis padres), asistir a una misa de sanación de un conocido sacerdote de Posadas, que hace imposición de manos. Minutos antes de la misa, me encuentro con este Sacerdote, a quien le cuento muy acongojado, acerca de mi recientemente descubierta enfermedad. Me escucha con mucha atención y preocupación, al calmarme, rezamos juntos y al terminar tomando mis manos me dijo que tuviera mucha fe en Dios, porque todo lo relacionado con mi cáncer, iba a estar bien.
Posteriormente emprendí mi viaje a Pilar (Bs. As.). La finalidad era ver el resultado de esos estudios para empezar el tratamiento.-
Una vez en el consultorio del médico que me atendió, éste procede a leer los resultados de esos estudios. La angustia y ansiedad que me embargaba en ese momento era inmensa, recuerdo en compañía de mi esposa, que mientras abría los sobres o leía en su computadora los informes, me transpiraban las manos y me latía más fuerte el corazón.- Que momento !!!
Al leer detenidamente el primero de los estudios realizados a través de la punción de la medula ósea, nos dijo, “acá no hay nada”, luego vio los estudios de la Colonoscopía y Endoscopía concluyendo lo mismo, al igual que el estudio de análisis de sangre. Por último tomó en sus manos el resultado del último y más complejo estudio que me realizaron llamado PET Scan y al finalizar el médico se saca los lentes, nos mira, y nos dice, pero … “aca tampoco hay nada” … no lo puedo creer!!!
Inmediatamente el médico me dice, “voy a llamar a la hemopatóloga para confirmar estos resultados” . Cuando se contacta con ella escucho parte de la conversación y ambos no podían creer lo que estaba sucediendo. No encontraron “nada”, a pesar de que hubo dos estudios de laboratorio que afirmaban la existencia del cáncer en mi cuerpo: Un laboratorio de Posadas (que detecto el cáncer) y otro laboratorio de Buenos Aires (que tipifico el cáncer como un Linfoma del Manto).- Escuche que la hemopatóloga le preguntó al médico que me atiende “… pero, esa persona existe …?”· (mucho tiempo después entendí porque le preguntó) y éste le respodió “… siiii existe !! y esta aca, al lado mio …” Claro, resulta que este tipo de cáncer es tan agresivo que en poco tiempo tendría que haber tenido serias complicaciones, si tomamos como punto de partida el mes de Agosto de 2018, que fue cuando noté esa anormalidad en la ingle, que no era otra cosa que un tumor ganglionar.-
Lo cierto y concreto es que ante el desconcierto del médico, éste verificó en un sitio de profesionales de la salud de internet, y concluyo de que lo que tengo es un linfoma del manto A1 de tipo indolente, y me dijo que era un caso rarísimo, que se da uno en miles, y que por ser tan escaso, prácticamente no se conoce un protocolo a seguir (todo esto lo leímos en su computadora, del sitio a donde habíamos entrado). Lo note muy contento, hasta casi eufórico a este médico por el inusual panorama con el que se encontró. Me trató de explicar con datos técnicos y terminología lo más entendible posible, en qué consistía mi cuadro, hasta que terminó cerrando su diagnóstico diciéndonos que “… esto es más raro que encontrar un perro verde …”.- Nos quedamos con mi esposa atónitos y con una alegría inexplicable. Es difícil tratar de hacer entender a las personas que no han pasado por una situación de éstas, lo que se siente en ese momento.-
Aun así, este médico, solicitó un nuevo estudio, de alta complejidad, denominado SOX 11, cuyo objetivo es el de determinar “que tan activas o despiertas están las células cancerígenas”, según pude entender.-
Esta situación me permitió volver a Posadas nuevamente en forma anticipada. A mi regreso me reuní en su despacho, con el Sacerdote con el que había rezado y que me aseguró que todo iba a estar bien. En esa reunión le conté lo sucedido y me dijo que ya lo estaba sabiendo y que no había ninguna duda de que se trató de “un milagro” de Dios, que tenga FE porque El todo lo puede. Y que estaba curado, porque el cáncer ya no estaba en mi cuerpo.-
Esa noche este sacerdote celebró una misa, y cuando lo veo llegar le dije que quería dar testimonio de lo sucedido, a lo que accedió, lo que me permitió contar esta historia ante una importante cantidad de personas que asistieron, y ante varios sacerdotes más de distintas partes del mundo que se encontraban allí.-
Posteriormente, a principios de Enero, regresé al Hospital Austral a los efectos de hacerme ese estudio denominado SOX 11 que tiene por objeto determinar el nivel de actividad o agresividad de las células cancerígenas, pero al ir a entrevistarme con el médico para ver los resultados de ese estudio, nuevamente me informa que no encontraron nada. Con este ya fueron cinco distintos estudios los que me realizaron, a fin de determinar el tratamiento a seguir o ver el nivel de actividad de las células cancerígenas, todos ellos con un resultado negativo.-
Este médico se encontró nuevamente desconcertado, y como consecuencia de ello realizó una interconsulta con otras colegas, quienes le aconsejaron que si o si debería hacerme una quimioterapia porque si llega a aparecer este cáncer nuevamente, lo haría de una forma muy agresiva. Fue así que se decidió que se inicie el tratamiento pero en forma preventiva, de tres ciclos, uno en cada mes. Actualmente he finalizado el primer ciclo de quimioterapia.-
Lo cierto y concreto es que desde la intervención del Sacerdote que mencioné, pese a los dos estudios de los laboratorios mencionados que concluían sobre la existencia del cáncer, NUNCA más apareció en mi cuerpo ningún indicio de la existencia de esta enfermedad, incluso actualmente sigue sin aparecer en los nuevos estudios que mensualmente me están efectuando.-
No tengo ninguna duda de que se trata de un Milagro de Dios. No existe otra explicación. No pasa un solo día sin que le agradezca lo que El hizo en mí. ¡Hoy mi FE es tan grande y poderosa que sé que todo se puede lograr!!
Me siento una persona bendecida por Dios.-