💭 ¿Por qué ocurre y cómo manejarlo?
- El cuerpo sigue en recuperación: El tratamiento (quimioterapia, radioterapia, cirugía o inmunoterapia) puede haber afectado tus músculos, órganos y metabolismo.
- Efectos secundarios de la medicación: Algunos medicamentos pueden causar debilidad o somnolencia.
- Cambios hormonales: El cáncer y su tratamiento pueden afectar el equilibrio hormonal, lo que influye en los niveles de energía.
- Baja en glóbulos rojos (anemia): Esto reduce el oxígeno en la sangre y puede hacer que te sientas más agotado/a.
- Impacto emocional: El estrés, la ansiedad y la depresión pueden hacer que el cuerpo se sienta más cansado de lo normal.
- Alteraciones en el sueño: Muchos pacientes tienen problemas para dormir bien, lo que agrava la fatiga.

Recuerda: La fatiga es real, pero también manejable. Date tiempo y prioriza tu bienestar.
Estrategias para manejar la fatiga
1. Escucha a tu cuerpo
Si necesitas descansar, hazlo. No te exijas al mismo ritmo que antes.
2. Organiza tus actividades
Prioriza lo más importante y deja lo demás para después. Puedes usar una agenda para distribuir mejor tu energía a lo largo del día.
3. Mantente activo/a (pero sin excederte)
Puede sonar contradictorio, pero una caminata suave o ejercicios de bajo impacto pueden ayudarte a recuperar la energía.
4. Cuida tu alimentación
Consumir proteínas, frutas, verduras y suficiente agua ayuda a que el cuerpo tenga más recursos para recuperarse. Evita azúcares en exceso, ya que pueden provocar picos y caídas de energía.
5. Duerme bien
Intenta acostarte y despertarte a la misma hora, evita pantallas antes de dormir y crea un ambiente tranquilo en tu habitación.
6. Pide ayuda cuando lo necesites
No tienes que hacerlo todo solo/a. Delegar tareas en familia o amigos puede aliviar el esfuerzo diario.
7. Consulta con tu médico
Si la fatiga es extrema y afecta tu calidad de vida, habla con tu médico para evaluar opciones de tratamiento o ajustes en tu medicación.