Flor de lis
No sé bien cuando comenzó todo, pero si se que el año 2013 fue un año diferente, diferente porque la vida puso a mi familia y a mí en una situación no deseada por nada ni nadie, tal vez hoy ya pasados 5 años (casi 6) me doy cuenta que todo sucede por algo y para algo yo tenía en ese entonces 37 años.-
Tengo familiares con cáncer de mamas, y es por esa razón que me hago los controles anuales como corresponde, en el año 2007 me encontraron un nódulo benigno en la mama derecha ( el cual me opere sin ningún problema ni tratamiento), en el año 2013 me encuentro un nódulo en la mama izquierda ( yo misma haciéndome los autoexamen), voy al médico en la ciudad de La Plata el Dr.B quién me atendía desde el año 2007; y fue quien me solicito nueva mamografía y ecografía mamaria (la anterior me la había realizado en noviembre del año 2012) y si para sorpresa de él y mía había algo, y ese algo era un poco más complicado, me hicieron una punción y de ello se realizo una biopsia. Me imaginaba que algo estaba pasando y sentía miedo, miedo a ver ese resultado, pero a su vez quería que pasaran los 15 días que me habían dicho para saber que era.-
Hago un paréntesis y cuento que estaba atravesando esa situación dura y cruel, pero mucho más dura es si a esa situación le sumamos que mi única hermana 6 años menor en febrero de ese mismo año le encontraron un nódulo maligno en la mama derecha: carcinoma de mama y a mi papá (mientras yo me hacia la punción) en la F.F de Bs As donde fue por un problema de arritmia en su corazón le encontraron un tumor en uno de sus riñones, lo que fue diagnosticado cáncer de riñón.-
Ante tales condiciones esperaba el resultado de mi biopsia; me preparaba para la peor noticia y así fue el resultado del patólogo era: carcinoma ductal invasor NOS
Cuando el Dr. B me dijo el resultado , en ese momento no escuche nada mas, en segundos mi cabeza pensó en mi único hijo de 11 años, en el resto de mi familia y se me vinieron a la mente recuerdos inolvidables; en ese instante sentí mucho miedo: miedo a la muerte, las lagrimas invadieron mis ojos y con mucha bronca me dije “ porque a mí” , pasaron unos minutos y volví a ser yo, entonces comencé a preguntar como seguimos con esto, y el doctor dijo: repito nuevamente lo que les estaba diciendo ( en el consultorio estábamos el doctor, mi esposo y yo) en ese instante me di cuenta que el médico había hablado y yo no había escuchado nada; fue tan amable que volvió a repetir todo nuevamente; entonces me dijo: este tipo de cáncer no sabemos aun de que se alimenta ( a mí tampoco me interesaba mucho saber de eso, yo quería saber cómo podía hacer para curarme lo antes posible) y continuo diciéndome que me lo iba a extirpar y que también se mandaría a analizar y que el tratamiento a seguir era hablar con un oncólogo que trabajaba en su equipo u otro que yo quisiera ( no vivo en la ciudad de L. P., soy del interior de la Pcia de Bs. As), le dije que me iba a ser atender con un oncólogo de su equipo y fue cuando me dijo seguramente te van a dar quimioterapia y tal vez rayos, el Dr. S.D entonces va a ser tu oncólogo y después de analizar lo que extraemos de tu cuerpo en la cirugía el te va a decir como sigue todo: cuantas quimios y cuantos rayos si considera que hay que hacerlos.
Parecía el fin del mundo, yo sabía los efectos de las quimios porque mi hermana estaba un poco más adelantada con su tratamiento y los estaba sufriendo, igualmente el médico me decía que cada paciente es diferente, no todos tienen los mismos síntomas.-
Llego el día de la operación 22 de mayo de 2013, estaba muy tranquila; todo salió de maravilla según el Dr. A.B (mastologó) me realizo una cuadrantectomia de la mama izquierda. Me habían puesto un drenaje y el ver sangre me descompone (cuando salí de la operación y me di cuenta del drenaje lo quise matar al médico, pero él hizo lo correcto). Luego ya en la habitación y yo más tranquila me dijo que el drenaje fue porque me sacaron todos los ganglios del brazo izquierdo, ya que había unos ganglios afectados, no solo el centinela (yo no entendía mucho que quería decir, pero si era para curarme estaba todo más que bien). Me dieron el alta del H. I de la ciudad de L. P donde me dijeron que el drenaje en unos días me lo sacarían, pero tuve ese maldito drenaje durante 21 días.
La operación de la mama todo un éxito, casi no se notaba nada realmente una obra de arte de este excelente profesional mastologo y cirujano plástico; pero ahora tenía que visitar al oncólogo y si se aproximaba la peor parte; pero ahí estaba en la sala de espera donde los minutos se hacen eternos y miles de cosas nos pasan por la cabeza, donde veía mujeres con turbantes y otras sin pelos; algunas con su mirada muy triste y otras muy emocionadas porque ese día era su última quimio (cuanta mezcla de emociones y todas juntas). Bueno llego el momento me llamo el oncólogo: entre muy nerviosa y asustada, le quise preguntar varias cosas (porque uno quiere saber y hasta busca en internet, lo cual después de un tiempo me di cuenta que no se hace, que buscar en internet y comparar con otras personas, no conduce a nada; pero la ansiedad a veces es terrible) el Dr. S.D muy amable y demostrando conocimientos y firmeza me contesto algunas preguntas, otras no ( hoy me doy cuenta que le preguntaba lo mismo de otra forma) y me dijo el tratamiento a seguir: 21 aplicaciones de quimios y cuando estés terminando las quimios podemos empezar con los rayos que son 45 aplicaciones, en ese momento me completo las órdenes para que presente en mi obra social y me dio el turno para la primer quimio. Yo pensaba el habla así naturalmente porque él no se va a hacer el tratamiento, la que va a poner el cuerpo soy yo, y en ese momento me dije: “es mi cuerpo me voy a hacer el tratamiento, lo voy a terminar lo antes posible y me voy a curar”.-
Y así empecé a transitar mi tratamiento: primer día de quimio la enfermera S. un amor realmente una excelente persona y profesional. En esa sala era todo desconocido para mí, la enfermera que me hacia sentar en unos sillones muy cómodos con 4 o 5 pacientes que también estaban en la misma situación que yo y otras más avanzadas con el tratamiento; era como si me pasaran un suero por las venas, me dijeron que las primeras eran muy fuertes (la medicación tenía un color rosado). No me dolía nada, estaba cómoda miraba tele y charlaba con alguna de las mujeres que estaba allí ( otras se dormían), la enfermera me miraba la medicación que pasaba y el brazo muy seguido, creo que era para ver si estaba todo en orden y me preguntaba si sentía calor, si estaba bien; yo siempre me sentía bien. Así terminamos la primer quimio, me subí en el auto y quería llegar a mi casa lo antes posible (tenía que hacer más o menos 200km) y no sabía que síntomas de todos los que me habían dicho que me podía pasar, me iba pasar a mí, que le produciría a mi cuerpo. Y si durante el viaje sentí como que mi cuerpo se aflojaba, como si fuera una baja de presión, llegue muy cansada y me acosté, no podía dormir ni de día ni de noche tenia insomnio, se me hinchaban las manos y los pies; tenía miedo de salir a la calle porque tanto la enfermera como el oncólogo me habían dicho que había que cuidarse de no contagiarse nada ( en ese momento la gripe A era noticia, me tenía que cuidar) hasta tal punto que no compartía el mate con nadie, tenía mi propio equipo matero, trataba de no recibir visitas que estuvieran resfriadas, no saludaba con un beso, tenía mucha precaución y había tomado conciencia del peligro de los contagios.
Llegaba la segunda quimio y unos días antes me dolía el cuero cabelludo era una sensación muy rara porque empezaba de la nuca hacia arriba de la cabeza y una mañana al levantarme y ducharme se me empezó a caer el pelo, que sensación más rara quedarse con pelo en la mano; llame a un peluquero amigo que vino a mi casa y me corto el cabello; sabía que eso me iba a pasar en algún momento, porque tenía que hacerme efecto la quimio y estaba haciendo efecto (eso para el médico estaba muy bien). Al mirarme al espejo y encontrarme sin pelo no fue nada agradable, pero siempre pensé: “si estoy pelada es porque la quimio hizo efecto y me estoy curando, vamos por más”. Me había comprado una peluca muy linda parecida a mi pelo natural ( la cual me la habían regalado mis primos, haciendo una colecta entre ellos), pero no dejaba de ser algo que no era de mi cuerpo, me la ponía cuando salía al supermercado o cuando recibía gente en mi casa, también usaba turbantes muy bonitos (los cuales eran de mi hermana) porque es triste tener vida social enferma las personas te miran con lastima, con caras raras sin saber que decir y si alguien se animaba y me decía algo seguro me caía mal.
Y así llegue a la segunda quimio sin muchos síntomas solo insomnio, cansancio, hinchazón de pies y manos y casi siempre al tercer día que me hacia la quimio me daba como una especie de párkinson, temblaba al punto de no poder tomar con las manos un vaso, pero era solo un día y también tenía que estar atenta que no tuviera fiebre; si pasaba tenía el celular del oncólogo y llamarlo a la hora que fuere, quien atendía enseguida; y unos cuantos kilos de más ( algunas adelgazaban por los vómitos yo al contrario engordaba), tenia cambios en el carácter había días que ni yo sabía lo que me pasaba estaba enojada con la vida misma.- También tenía que tener en cuenta la alimentación no podía consumir cualquier cosa, por ejemplo no podía comer verduras crudas, ni cítricos, todo tenía que estar muy bien cocido. No tenia deseos sexuales, había días que no me importaba nada, me cambio la calidad de vida con el tema que me sacaron los ganglios del brazo izquierdo es como que tengo un brazo inutilizado ya que no puedo hacer fuerza, tengo que tener cuidado que no me entre ningún germen, en la clínica donde me hacia las quimios le llamaban el brazo de cristal.
Así fueron pasando las quimios y fui aprendiendo que eran para mi bien que era mi cuerpo el que las necesitaba y aprendí a convivir con ellas y ya mas canchera en la sala le daba consejos a algunas mujeres que estaban un poco depre; casi siempre coincidíamos las mismas, pero esta vez había una joven nueva en realidad era la primera vez que yo la veía; tenía una cabellera morocha lacia hermosa y yo pensaba que iba a sentir ella cuando se le cayera ese hermoso pelo. Cuando entramos en confianza y nos pusimos a hablar ella ya estaba por terminar el tratamiento era su anteúltima quimio y lo que tenia era una peluca, yo tenía una peluca rubia corta, en ese instante nos cambiamos las pelucas las dos queríamos vernos en el espejo diferentes, fue un momento de mucha risa y hasta creo que olvidamos que estábamos ahí por un tema de salud; el resto de las mujeres como la enfermera no podían creer que nos reíamos de nosotras mismas. Volvimos a la normalidad cuando cada una se puso su peluca.
Y cuando llegaba a mi casa después de hacerme las quimios, marcaba en un calendario como los presos marcan los días que pasan yo marcaba que me quedaba una quimio menos, aunque el antes de hacerme cada quimio fuera un juego de azar, nunca se sabía si iba a poder hacerla, porque dependía de los análisis de sangre, yo tenía turno para las quimios los días sábados y me hacia los análisis en mi ciudad el martes anterior, el jueves retiraba el resultado y tenia que ver los resultados del Hemograma :hemoglobina, recuento de plaquetas y neutrofilos segmentados entre otros cuyos valores tenían que superar lo que el oncólogo me había dicho; cuando no los superaba empezaba a comer lentejas, morcillas para elevar esos valores y el sábado antes de la quimio me hacía en el H. I de la ciudad de L. P. nuevamente los análisis; y siempre superaban los valores mínimos ( me volvía a hacer los análisis en forma particular porqué no me quería perder ninguna fecha para hacerme la quimio. Y así llegue a diciembre y cuando me faltaban 2 o 3 quimios para terminar el tratamiento no recuerdo bien comencé con los rayos. Los rayos no dolían pero si tenía que pasarme crema en la zona de la mama porque el laser quemaba. Viajaba de lunes a viernes de mi ciudad hasta la ciudad de L. P., terminaba muy cansada, pero llego el día que termine las quimios y que inmensa alegría y a fines de enero del 2014 termine los rayos, eso sí que era como volver a nacer. Yo me sentía curada ya no me importaba que me decía el médico yo estaba perfecta.-
Y seguíamos con los controles los cuales me daban bien, el oncólogo me decía que estaba muy bien que la verdad había sido un ejemplo porque un tratamiento de un año y medio yo lo termine en 7 meses, que las quimios dieron resultado, pero que esto no terminaba a fines de enero del 2014, que cada tres meses tenia los controles con el oncólogo y cada 6 meses el control con el mastologo (ecografía mamaria y mamografía) ahora empezaba otra etapa de mi vida agradeciendo a los médicos por todo su apoyo y prestando más atención que antes a lo que mi cuerpo me manifiesta, a realizarme el autoexamen mamario casi todos los días y hasta enseñar a alguna mujer que no sabe y que tiene miedo de hacérselo, porque la prevención es todo y enseñar que con miedo no se va a ningún lugar, que ante la mínima duda hay que acudir al médico que él sabrá que hacer.
Ya hoy a casi 6 años de ese terrible año para toda mi familia puedo decir que estoy curada que me acostumbre a mi brazo de cristal, que cuando lo necesito me hago drenaje linfático, que el pelo me creció igual o mejor que lo que tenía antes, que los kilos que tengo demás a causa del tratamiento de a poco los iré perdiendo y si no fuera así, no importa lo importante es que la vida nos pone a prueba comenzando el día a día, agradeciendo lo que tenemos y luchando por lo que queremos y que nunca tenemos que olvidar que la esperanza y la fe nos alivian los momentos por los que uno puede estar pasando que el hacer cosas que tal vez nunca imaginamos nos ayuda a sacarnos de la enfermedad y no pensar en ella, por ejemplo al tener mucho tiempo disponible porque poseía licencia en el trabajo me dedique a cocinar: hacia budines miraba películas divertidas en internet y leía hasta las cosas más insólitas de esa manera mi mente estaba ocupada y no pensaba en el cáncer.-
Cuando terminé el tratamiento y comencé mi vida normal; si “normal” aunque no igual que antes porque la verdad empecé a valorar más las pequeñas cosas de la vida; a agradecer muchas más cosas, también arranque una terapia alternativa que no me va a causar ningún efecto adverso, al contrario es una terapia complementaria: Reiki donde mi maestra M. P. me enseño que la energía vital universal junto con la medicina nos cura y/o nos mejora la calidad de vida de los pacientes con cáncer.-
Cuando me entere que estaba enferma de cáncer dije: “porque a mi” luego de unas cuantas quimios y transitar por varias cosas cambie la frase y dije “porque a mí no, que tengo de diferente” y también hay que valorar a la familia que es la siempre esta a la par de uno; pasa la enfermedad sin poner el cuerpo, pero poniendo el corazón y el alma para que uno se cure, en mi caso para que yo me haya curado, y hoy poder decir que prevenir es curar en todas las enfermedades y que gracias a los médicos y a Dios hoy estoy solo con los controles de rutina.