CANTAR HACE BIEN
Desde Enero de 2018 formo parte de Oncolocos. Me acuerdo de esa mezcla de sensaciones que tuve el primer día que fui al Hospital Alvarez y los conocí. Tenía tantas inquietudes y miedos… Ese temor a lo desconocido, a no poder darles lo que necesitaban, a decepcionarlos, a no tener esa fuerza que los ayudara a salir de ese momento tan difícil por el que estaban atravesando, y todo eso, poder lograrlo a través de la música.
Mis familiares y amigos me decían que no lo creían conveniente para mi, debido a mi personalidad tan sensible. Que me iba a poner muy triste y que no toleraría el dolor y sufrimiento causado por “esa” enfermedad en aquellas personas. Sin embargo, todo fue tan diferente… Al concurrir por primera vez al ensayo de Oncolocos, sentí que algo nuevo nacía. Todo era alegría y ganas de aprender, optimismo, fuerza de voluntad y entusiasmo.
Hoy, después de este hermoso camino que estamos transitando juntos, me siento orgullosa y feliz por todo lo que estamos logrando. Y soy yo la que les tiene que agradecer a ellos por lo que me enseñan, demostrando que se pueden sortear los obstáculos y superarse, que se puede ser más fuerte aún en los momentos más difíciles. Ellos me enseñan a valorar y a disfrutar más de la vida y a apreciar todo lo que tenemos y conseguimos.
Es cierto: “Cantar hace bien”. Por un lado, hace que segreguemos endorfinas, que son hormonas que, cuando son producidas en grandes cantidades por el organismo, producen una sensación de bienestar.
También sirve para descargar tensiones, la liberación de endorfinas y la acción de ejercitar los músculos responsables de participar en la modulación del canto hacen que después de cantar nos sintamos algo más cansados pero satisfechos y relajados.
A través del esfuerzo y de las pequeñas improvisaciones que hacemos al modular nuestra voz liberamos tensiones acumuladas durante el día, en parte porque es una tarea que requiere casi toda nuestra atención y la vincula a una actividad placentera.
Otro de los beneficios es que mejora la respuesta inmunológica, el estrés es uno de los factores que tienen un mayor impacto negativo en el sistema inmunológico. Reduciendo el estrés a través del canto y de otros recursos se logra un mejor estado de salud general, además de una sensación de bienestar.
Cantar ayuda a mejorar la respiración, ya que con el tiempo, vamos aprendiendo nuevas formas de mover los músculos que intervienen en la respiración, especialmente el diafragma. Esto hace que optimicemos el uso de nuestros pulmones y hagamos nuestra una manera de respirar que exprime bien las facultades de nuestro organismo, oxigenándonos mejor.
También ayuda a mejorar la postura ya que implica ponernos derechos para mejorar la circulación del aire en nuestro cuerpo y relajar todo nuestro cuerpo que es nuestro instrumento.
Además, limpia las vías respiratorias ya que cantar hace que el aire pase en distintos niveles de presión por las vías respiratorias, haciendo que queden más “limpias” y no se acumulen bacterias nocivas.
Ayuda a la memoria, ya que la musicalidad es un ingrediente que a menudo es utilizado en los trucos mnemotécnicos para hacer que cierta información quede grabada en nuestro cerebro y no se nos olvide. Más cantamos, más ejercitamos esa musicalidad.
Algo muy importante también es que ayuda a conectar con los demás. Cantar en grupo es una de las mejores maneras de sentir que se forma parte de una comunidad y romper la barrera del aislamiento. El procesamiento de la música está relacionado con procesos mentales muy relacionados con nuestra memoria emocional, lo cual hace al cantar nos impliquemos mucho en lo que hacemos, y si más personas participan en esto, nos sentiremos en sintonía con ellas.
Siempre supe que cantar hacía bien. Pero hoy más que nunca puedo dar prueba de ello. Me siento muy feliz de poder contribuir con mi pequeño aporte a este grupo maravilloso. Ojalá podamos contagiar un poco de estos ONCOLOCOS a otros hospitales, tanto dentro como fuera de nuestro país. “ONCOLOQUICEMOS” al Cáncer.
Florencia Títaro