Intensamente

Tenía 35 años comencé a realizar las consultas anuales de salud, fui a mi médico de cabecera, médico clínico y le comenté acerca de mi vida y jornada laboral, pasaba mucho tiempo fuera de casa por trabajo, me levantaba muy temprano y casi no dormía. Pero estaba bien, recuerdo que le relaté no sé no me parece normal dormir poco, quisiera un estudio más exhaustivo para el chequeo general y le solicite análisis de tiroides ya que en la familia todas las mujeres desde mi abuela hasta mi mamá y hermanas padecen de tiroides.

Recuerdo que me examinó la garganta y me dijo “flaca si no tenès nada, deja de buscar cosas dónde no hay…pero insistí y salí con la orden para una ecografía  de tiroides.

Al realizarme dicho estudio, el ecógrafo me orientó a consulta con la endocrinóloga, quien hoy en día se ha convertido en mi doctora de cabecera.

Observo los estudios y me dijo que había dos nódulos que eran pequeños habría que analizar pero sin inconvenientes, como estudios de control cada seis meses volvería para ver que ocurrió con los nódulos. Hasta allí, no me modifico mi vida en absoluto. Continué trabajando y dedicándome a mis pequeños hijos, muy pequeños que requieren de una atención y cuidados, y su así que al año siguiente volví a consulta con la endocrinóloga.

Esta vez me solicitó chequeo general pero  la ecografía arrojó que uno de los nódulos había crecido considerablemente. Esto llamo a la atención de la doctora y  solicitó punción de dicho el nódulo. Recuerdo estar en la intervención y llamaron a otros especialistas de la misma disciplina para punzar el otro nódulo, pero era de esperarse que digan que no se podía la Obra social no se responsabilizaría. Cuando volví con el estudio no recuerdo a haber dado importancia a ese episodio en la intervención, lo más importante es que había arrojado que era un nódulo benigno.

Todo siguió entonces su causa, hasta en el año 2017, realizándome los controles correspondientes. En el estudio de la ecografía arroja que ambos nódulos habían crecido considerablemente. La doctora frente a esta situación solicita la punción de ambos, rogando  que la obra social autorice la intervención de ambos nódulos.

Corriendo el mes de marzo de 2017, la doctora me dijo que me organicé con mi agenda y quedamos que para después del receso invernal haría la consulta de la punción y así fue, en Julio comencé con lo administrativo chequeo y autorizaciones.

Por supuesto que no fue fácil, hubo más de una confusión y error en el trámite administrativo, primeramente cuando fui a realizarme la intervención con los requisitos previos, no me avisaron que la auditoria no había autorizado aún el estudio.

Muy nueva en este camino de la burocracia administrativa de la obra social, volví sobre la posibilidad de la atención en el lugar donde me había orientado la endocrinóloga como eminencia total.

Tal es así que al realizarme la intervención el ecógrafo especializado con mucha experiencia en el tema, se interesa poderosamente sobre ambos nódulos, e intenta resolver que la punción se realice en ambos nódulos, realiza varios llamados, pero no logra su autorización, habían autorizado el nódulo derecho que había resultado crecido pero no era el anteriormente punzado. Un verdadero genio, señaló, ya que la intervención demoró un poco de lo habitual pero fue señal que algo no andaba bien. Llamo a otra especialista, tomo la prueba, salieron de la sala y volvió a reunirse con la asistente quien comprueba si es viable la cantidad de materia para ser estudiada, y así fue como me dijo, fue una suerte que la obra social haya solicitado esta punción, regresa con la endocrinóloga y creo que nos veremos pronto para que punzar el otro nódulo.

Bueno hasta aquí mi relato se basa en la propia intervención médica, pero no hablé aún de qué me paso a mí como paciente. Trabajo en el campo de la educación y soy profesional del campo de la psicología con lo cual siempre me pareció un poco desatinado el trato que se realiza a la persona que transita por una consulta, y señalo estas situaciones desde la atención del médico hasta la administrativa.

En fin transité un poco preocupada con el resultado pero como el anterior había sido bueno porque esta situación debía ser distinta.

Pero lo fue, los estudios desde allí en adelante me los realice en un distrito más alejado de mi domicilio, con dos horas de distancia, ello es anecdótico, ya que todo sea por que la salud este bien.

Y allí fui a buscar luego de un día arduo de trabajo el estudio que es de entrega personal. Situación que no se encontraba el estudio, nadie encontraba el estudio que a estas horas ya parecía el maldito estudio. La administración busco y re busco y entonces acordé que me lo enviarían a mi domicilio, ya que fue una equivocación de ellos. Con lo cual regrese a mi domicilio a la espera del estudio que se enviaría por mensajería.

Recuerdo que regresé a mi casa muy apurada para recibir el estudio y cuando lo voy a abrir no era mi estudio, si, otra vez ya en tono más elevado en comunicación telefónica con la administrativa, con tono de enojo por tal improperio le comunicaba que tenía en mis manos el estudio de otra persona y me solicitaba que lo envié o lo llevé para subsanar el error, estaba  más que indignada, diciendo y solo diciendo que no se puede jugar así con las personas, yo tenía en mis manos el resultado de una biopsia de otra persona…una locura.

Esta sensación de locura recién empezaba, como fue acordado me enviaron el estudio y yo entregue el equivocado y como si ya nada podía ser peor el diagnóstico en mis manos, arrojó carcinoma maligno.

Allí comenzó un duelo, tristeza, no sé dolor, pensar que todo venía tan bien…corría el mes de Septiembre, la doctora me explica la situación por la que debía enfrentar, recomendándome a tres de los cirujanos más confiables y de excelencia profesional. También contaba con mi mirada de paciente con quien pudiera estar más cómoda y segura frente a la intervención. Recuerdo que me envió con una nota de presentación para que ellos evalúen la posibilidad de una tiroidectomía total o parcial.

Por supuesto que concurrí a la consultas de los tres especialistas en cirugía de cuello y garganta. El primero noté poco predisposición, obviamente me explico pero no quise quedarme con una sola impresión.

Concurrí al segundo que maravillada por sus palabras en el lugar de paciente no dude, pero él tomaba sus vacaciones y mi intervención no debía esperar, palabras del médico. Entonces recurrir al último pero no por ello peor, se mostró  muy frio, es cirujano pensé, pero no tardó mucho para decirme lo que ya había escuchado- es para operar haría una tirotomía total, abrió la agenda y dijo la semana que viene, no podès esperar y sobre todo para que tu cabeza no piense mucha la decisión hay que tomar.

Todo era así de rápido pero nadie sabía de mis doctores que con este tema, lo laboral y económico venia afectando muy mal mi salud, no percibía mis haberes en tiempo y forma, estaba atravesando un momento malo en todos los niveles de mi vida.

Señalo esto, ya que el doctor es una eminencia pero cobra por sus honorarios y no eran justamente solo alguno dinero que me preocupara y haga más flexible la situación relatada.

En fin a la semana estaba preparada para la intervención, preocupada por el médico laboral que no llegaba a la clínica para corroborar mi licencia médica, todo un tema con los médicos laborales.

Ya en el quirófano, con un plantel de especialistas, me entregué y solté. La operación duro unas horas, al despertar estaba el doctor y el plantel que me saludaban, muy alegres, la operación fue exitosa! Me dijo el doctor, fue ardua la operación, ya que el tumor estaba muy tomado a la tráquea, pero bien… solo debía hacer el esfuerzo por hablar. El doctor habló seriamente con mi marido y mi familia yo no hablaba y él decía que no hacia el esfuerzo por tal acción. Situación que yo no considero que era tal pero cada uno con su mirada.

Había acordado luego de la operación estar 48 horas en terapia intensiva, el doctor siempre trabajaba así, en una operación como esta, por los riesgos de calcemia.

Creí que era lo mejor y allí estuve perfectamente hasta que la anestesia se fue diluyendo y yo sola empecé a pensar mil cosas, que angustiante es una operación con anestesia, claro soy madre de dos niños, y a ambos los tuve en partos naturales, era mi primera intervención quirúrgica, y la pase muy mal. Empecé a sentir falta de aire, debo reconocer que estaba con el respirador, y de igual manera sentí malestares, llamé a la enfermera y médicos del turno, y entre varios me dijeron que estaba todo bien. Que era mi cabeza, mi mente y uno me preguntó _tomás medicación para la ansiedad.

Y debo decir que jamás tomé una pastilla, pero bueno debí pasar esa noche con mucha angustia y llanto hasta que me dormí.

Al día siguiente una enfermera muy dulce me dijo, gordita te portaste mal anoche me contó un pajarito. (Claro en nuestra jerga de paciente es jodiste toda la noche).

Bueno estuve bien, el doctor pasó a verme y luego su asistente quien seguiría mis controles, entre ellos tuve colocado un drenaje, que fue sacado en 48 horas, diciéndome que ya podía comer tranquila no un asado pero comer.

Me sentí muy bien y a las 48 horas obtuve el alta, excelente, en mi hogar con mi familia ya quería volver a mis andadas, es decir no quedarme quieta. Pero llevaría más tiempo del que empecé. Luego de allí se esperan los resultados patológicos, que arrojaron Cáncer Papilar de Tiroides. Con dicho resultado se realiza una radiación con toma de Iodo reactivo 131. Implica la toma y aislarse de las personas ya que produce al contacto radiación ante las mencionadas.

Durante este tiempo debí fortalecer mi mente, ya que no debía hacer ningún esfuerzo podría tener un colapso dijo el médico y yo había estaba haciendo cinta y bicicleta encerrada en casa, otra situación anecdótica.

Para ese entonces de la toma de la medicación con medicina nuclear es un tema y un embrollo, con recaudo muy estrictos para no perjudicar a otras personas con la medicación tomada.

Es ardua, no diría mala experiencia pero uno allí comienza a ver con otros ojos la vida y que nos quiere decir esta aparición de la enfermedad, que será en mi caso de por vida la toma de la hormona levotiroxina debido a la falta de la glándula.

Glándula que doy por sabido que los pacientes nos volvemos especialistas en analizar toda información subida a internet, que sé que está mal, ya que el especialista para ello estudia. Es que se encuentra a la alcance de la mano con solo un clip, y depende que uno lea la información correcta y la comprenda también correctamente.

Es así como durante ese primer aislamiento pase por todos los estados, enojo, angustia tristeza, impotencia. Pero me aferre a uno muy profundo la necesidad de vencer todo ese malestar en ver pronto a mi hijo de tres años, que quería como regalo de cumpleaños que su mamá esté con él soplando las velitas de 4 años.

Me esforcé y realicé todo las sugerencias que me habían proporcionado, debes luego realizar una rastreo corporal con un centello gamma para observar si han quedado células cancerígenas. Ay uno no se explica que estudio tan largo debe ser, pero así también se supera, tres horas y media para que el especialista te diga, quédate unos días más aislada por precaución. Y tu mente que señala que se acerca el cumpleaños y vos querrás  estar en ese y todos los cumpleaños siguientes.

Me preparé y logré regresar el día del cumple, pasé por la peluquería, la repostería y lleve a mi hijo su torta de cumpleaños. No existe palabra alguna para nombrar tal felicidad. Puro amor, un abrazo profundo que me llevaré siempre grabado en mi mente y en mi corazón.

Con dicha enfermedad comienza una nueva etapa de vida, de creer que las cosas se presentan y hay que afrontarlas, hay que superarlas y aprender, siempre aprender de las experiencias, aunque sean muy dolorosas transitarlas.

Dicha afección estará sujeta a mis cuidados y controles periódicos cada seis meses, en Julio de 2018 todo venía muy bien, el centello gamma arrojo negativo. Y seguimos así hasta enero de 2019, volvería a mi tratamiento, debes dejar de tomar la medicación de la levotiroxina y cuando los valores muestran nada de la medicación en sangre, uno está preparado para realizar un examen exhaustivo de tiroxina, tiroglobulina etc, con dicho estudio  arroja  un dato acerca de las células cancerígenas que pueden ser recurrentes luego de la operación y la extirpación total de la glándula.

Realicé dicho estudio y una ecografía (estudio que desde la punción 2017 no volví a realizarme) arroja un cuerpo extraño en mi garganta.

Si … el catéter se había cortado y quedó una pequeña parte en mi garganta, por supuesto hasta la fecha jamás produciéndome incomodidad ni nada pero si… volver al tratamiento para atrás frente a la posible operación para la extracción de este cuerpo extraño.

Acepté con mucha vacilación una tomografía de maxilar y cuello de contrate para ubicar el elemento y su dimensión específica.

Resalto dichas acciones que fueron totalmente involuntarias a mi intervención como paciente pero que requieren de una atención, un apartado a que nos pasa a los pacientes con estos padecimientos, que escapan de las realidades y del razonamiento de todo ser.

Es volver a repensarse, a construirse, a simbolizar que somos sujetos que estamos expuestos constantemente entre la vida y la muerte. En el sentido analítico de ambos conceptos. Muy fuerte para asumir, para contrarrestar con lo que uno forma en su cabeza acerca de la enfermedad, cual fuere su causa y su nombre. Como estar en equilibrio, escucharse a uno mismo, escuchar el cuerpo que nos habla, quizás a esta altura nos grita, queriendo silenciar algo…

Busco respuestas, busco palabras, busco entendimiento, raciocinio quizás deba buscar al interior mío, solo sé que mi fortaleza está afuera está en mis hijos y en mi familia, y por ellos y con ellos venceré a este maligno, llamado cáncer de tiroides porque deseo vivir, ver a mis hijos crecer, que mi vejez se deba a años vividos con libertad y no atada a los males de esta u otra enfermedad.

Me ha dejado aprendizaje de vida, terminé mi tesis acerca de la violencia, esto que me ocurre a mi es en parte  una violencia simbólica que he asumido.

Voy por más voy por seguir creciendo profesionalmente y acompañar en la resilencia a otros/ as como yo que la vida le ha mostrado la cara de una moneda que no vale la pena rendirse ante ella.