El diagnóstico de cáncer genera un gran impacto en todos los ámbitos de la vida, repercutiendo en nuestra sexualidad y forma de vincularnos.

Cuando hay un acompañamiento sexológico desde el momento del diagnóstico, se suelen minimizar las dificultades de esta índole. Sin embargo, en general, en un primer momento cuesta pensar en la sexualidad y no suele hablarse en las consultas médicas, lo que puede generar angustia, temores, aislamiento, dolor…

Cuando terminan los tratamientos y las rutinas de terapias de la enfermedad, se suele sentir más soledad: ya no está el equipo médico y su entorno tan pendiente, lo que hace que afloren muchas emociones.

El rol de un sexólogo en ese momento es fundamental para buscar alternativas y soluciones ante dificultades físicas como el cansancio, caída de cabello, dolor, falta de deseo, dificultades en la lubricación, erección, etc.

Te proponemos consulta respecto a este tema ya sea por telemedicina (de manera virtual) o presencial.