HOLA yo soy Gabo, tengo 18 años y quiero relatarles una historia de sorpresas, altibajos, pero por sobre todo de “Un Futuro y Una Esperanza”

Todo comenzó un día lunes del mes de septiembre (2018), Me desperté normalmente para ir al colegio y fui al baño donde sentí duro uno de mis testículos. Esto me dió intriga pero no tanta preocupación, se lo comenté a mi mamá y lo obvié. Ese mismo día a horas 19:00 en casa de un amigo, me comenzó a incomodar y a doler para caminar, ahí me preocupé y le dije a mi mamá qué urgente teníamos que ir al médico. Como ella es médica al día siguiente me realizaron unos análisis y una ecografía. Con los estudios en mano fuimos a un urólogo, quien  determinó que tenía un tumor y debía ser operado cuanto antes.

Yo no entendía bien que estaba sucediendo en ese momento, quizás no entendía lo que tenía por falta de conocimiento, pero la preocupación vista en mis padres era notable. Me operaron la semana siguiente y el mismo dia lunes me dieron el alta a horas 23:00. Luego de varios días de hacer la biopsia, se determinó que el tumor era maligno y su nombre era cáncer testicular de tipo embrionario.

La noticia me impactó a tal punto que no podía creer que llegara a tener cáncer, la idea de esa enfermedad me parecía lejana, algo qué no podría afectarme a mi. Por contacto de una amiga de mi mamá, médica a quien agradezco, llegamos al oncólogo F.P, quien me dio a conocer la enfermedad y me dio los pasos a seguir. Los primeros estudios qué  me realicé fueron marcadores tumorales y tomografías de todo el cuerpo. Estos estudios indicaban que el cáncer alojado en el testículo con la cirugía había desaparecido. Aun así por protocolo debían hacerme quimioterapia.

El médico oncólogo sugirió antes de comenzar el tratamiento qué me realice un estudio de alta complejidad llamado PET-TC. El mismo reveló una metástasis en un ganglio retroperitoneal. Esta noticia devastaba aún más la situación. El cáncer ya se había diseminado.

Absolutamente turbados, confundidos, tristes, agobiados por la noticia volvimos a casa y no pudimos más qué doblar nuestras rodillas como familia y clamar al Dios Todopoderoso, su intervención Sobrenatural sobre mi vida. Es así qué después de derramar nuestras lágrimas ante nuestro Dios, ese mismo día recibimos de esa Päz qué sobrepasa todo entendimiento humano, esperanza y confianza en qué Dios haría un milagro. Fue así como dos días después comenzaba el duro camino de Quimioterapia, 5 días de tratamiento, 15 días de descanso y de nuevo con el tratamiento. Así durante cuatro períodos.

Los 5 días de quimioterapia significaban, vómitos, dolor por los pinchazos, flebitis, malestar en el estómago, somnolencia y desánimo.

Durante la  primera sesión, el primer día me sentí bien, el segundo día me sentí con sueño y a partir del tercer día comencé con vómitos y náuseas qué requirió internación domiciliaria qué significaba continuar con suero en casa. Las semanas siguientes fueron de recuperación aunque los primeros 4 días los malestares continuaban, agudizando los sentidos del olfato, audición, y gusto. En posteriores análisis, qué significaban más pinchazos, las defensas estaban bajas, por lo tanto debía cuidarme por riesgo a contraer alguna enfermedad.

Días antes de comenzar la segunda sesión de quimioterapia, no quería saber nada, no quería volver a pasar por el sufrimiento físico qué este significaba, sin embargo era por mi bien. Volví con las quimioterapias y nuevamente al tercer día sentí malestares como en la primera sesión pero no era necesaria la internación domiciliaria. Aun así mi cuerpo cada vez estaba más débil y cansado, si cada día podía levantarme era solo porque Dios me daba fuerzas. Al final de la semana, día viernes a horas 19:00 me sacaron la vía intravenosa, me levanté hice dos pasos y me largue a llorar. Lloré en una mezcla de alegría por haber terminado otra batalla contra el Cáncer y tristeza porque no quería saber más nada con las quimioterapias, no soportaba el malestar físico qué este causaba, el cansancio y vómito. Las semanas de recuperación no fueron exactamente iguales a las anteriores. Un día mientras me bañaba, ocurrió algo qué bajó el ánimo bastante, el cabello se había comenzado a caer. En el día a día todo mi cuerpo perdía pelo, lo más violento era mirarme al espejo y ver como mi rostro cambiaba sin cejas y sin pestañas. La luz comenzaba a molestarme por lo tanto causaba irritación en mis ojos, también estaba con más sensibilidad de olfato. La mayoría de olores me daban asco produciendo náuseas constantes.

Todos estos infortunados y tristes sucesos no impidieron que pueda, con dificultad, asistir a la misa de egresados, cena de egresados y el tan esperado y soñado cumple de 18 años. No era como lo había imaginado, pero la Gracia de Dios me permitió vivir estos momentos. Lleve con dignidad los cambios de  mi apariencia física aunque no diga que no me afectaron, aun así mis compañeros de colegio, mis amigos y mi familia me acompañaron sin rechazarme ni alejarse. Los profes de la escuela me mandaron algunos exámenes a mi correo, esto hacía qué mi mente estuviera ocupada  y no me sumiera en la tristeza. Estoy tan agradecido a Dios por el grupo humano qué me acompañó en el proceso.

En ningún momento perdí el rumbo, sabía en mi corazón qué Dios estaba actuando aunque no podía ver todavía los resultados.

En éste contexto comencé la tercera sesión de quimioterapia. Esta vez fue diferente. Como comencé el 31/12/18 tuve un día de descanso para luego retomar el tratamiento. También, en ésta oportunidad, cada día tuvieron que buscar una vía venosa para colocar las drogas y esto provocaba qué las venas  en las que se colocaban las drogas al día siguiente no se pudieran usar. Mi cuerpo estaba llegando al límite. Me dolían los brazos, tenía hematomas además de lo expresado con anterioridad.

Al ver el estado en el qué me encontraba, mi mamá decidió hablar con el doctor para no realizar la cuarta sesión. Su fe le decía qué estaba curado. Y yo también, más allá de lo qué físicamente podía sentir por el efecto de las drogas,  también sentía qué ya estaba sano.

A pesar de la insistencia del doctor a realizar una cuarta sesión, ella permaneció en su postura de no realizarla. Esto llevó a qué el doctor me diera las órdenes para volver a hacer una serie de estudios, marcadores tumorales, TAC y nuevamente el PET/TC, ese estudio qué había revelado la metástasis.

El día antes de realizarme el PET me inscribí por internet en la carrera de Arquitectura. Mis sueños jamás desaparecieron, mis esperanzas jamás se desvanecieron, al contrario el estar tan cerca del resultado final me daba más fuerzas. Al cabo de 2 días de difícil espera el informe reveló qué YA NO HABÍA MÁS CÁNCER. Dios había obrado un milagro en mi vida!!!!!!

TODO ESTE PROCESO ME ENSEÑÓ MUCHAS COSAS: CUANDO VEÍA A ALGUIEN CON SU CABEZA PELADA SIN CEJAS NI PESTAÑAS, CON BARBIJO, ES DECIR CON SIGNOS DE CÁNCER, DESVIABA MI MIRADA HACIA OTRO LADO Y ME ALEJABA DE SU PRESENCIA. EN MI IGNORANCIA DEL TEMA PENSABA QUÉ PODÍA CONTAGIARME. SIN EMBARGO ENTENDÍ QUE TODAS ESAS COSAS, NO SON MÁS QUÉ LAS CONSECUENCIAS DEL TRATAMIENTO.

APRENDÍ TAMBIÉN LO DIFÍCIL QUÉ ES SEGUIR CON LA RUTINA DE LA VIDA POR ESO ES TAN IMPORTANTE ACERCARSE, ACEPTAR Y CONDOLERSE CON LA REALIDAD DE LOS QUÉ SUFRIMOS ÉSTE FLAGELO.

Y SOBRE TODO ME LLEVÓ A TENER UN ENCUENTRO CERCANO Y PALPABLE DE LA PRESENCIA DE DIOS, QUÉ ME SOSTUVO, ME DIÓ ESPERANZAS Y NO ME DEJÓ CAER EN NINGÚN MOMENTO, ME LLEVÓ A ACEPTAR CON MANSEDUMBRE LOS MOMENTOS QUÉ NOS TOCAN VIVIR. NO ES UNA MALDICIÓN NI UN CASTIGO, ES UNA SITUACIÓN COMO MUCHAS OTRAS QUÉ HAY QUÉ VIVIRLA. QUÉ PARA TODO HAY UN ANTES, UN DURANTE Y UN DESPUÉS. QUÉ NADA DE  LO QUÉ PASE EN NUESTRAS VIDAS SON AL AZAR, QUÉ NUESTRO PRINCIPIO Y NUESTRO FIN ESTÁN EN MANOS DE DIOS. QUÉ ÉL TIENE EL CONTROL.

Y COMO DICE DIOS EN LA BIBLIA” YO SÉ LOS PENSAMIENTOS QUÉ TENGO ACERCA DE USTEDES, PENSAMIENTOS DE BIEN Y NO DE MAL, A FIN DE DARLES UN FUTURO Y UNA ESPERANZA”. ÉSTE ES EL DIOS EN EL QUÉ CONFÍO, EL QUÉ ME DIÓ UNA VIDA NUEVA.

YO SOY GABO