(Pasar, Asumir, Sanar, Encontrar y Organizarme frente a un cáncer de mama)
Miss PAF
Rutina, en francés routine, y es un hábito o una costumbre que se adquiere al repetir varias veces una tarea o una actividad . Levantarme, desayunar, bañarme, cocinar; levantarme, desayunar, bañarme , cocinar; levantarme, desayunar, bañarme cocinar; levantarme, desayunar … esa rueda que gira al estilo hamster, esa era mi rutina. Un giro que se repetía y repetía, excepto por la fascinante atracción por las series de tv y la lectura; y mientras tanto esperaba la llegada de Diego a casa; y al final como todo los días, soñar. Los fines de semana cambiaba en algunos aspectos, en otros no tanto. Vivíamos en una ciudad pequeña en el norte de Italia, sobre la costa del mar Adriático, estábamos ahí porqué Diego trabajaba en el astillero local. Antes de esto, los dos éramos tripulantes de crucero y como en los mejores romances e historias de amor, perseguíamos una vida juntos. Estuvimos embarcados cinco años y con este trabajo se abría una nueva oportunidad y una nueva experiencia. Pero la vida, me había reservado un GRAN cambio.
Ese día no era un día más de la rutina, era el día que marco “el cambio” radical en mi vida. Cambio que claramente no supe descubrir, hasta que la tormenta paso.
Ahí estaba yo, en el balcón fumando, mirando al cielo, buscando una respuesta, tratando de mantener la calma, no podía creer lo que estaba pasando y lo que pasaría. Estaba esperando a Diego, juntos íbamos a ir al hospital a buscar el resultado de la biopsia. Cuando apague ese último cigarrillo, vi en el piso del balcón de la vecina una flor fucsia en forma de cinta: Ahí estaba mi señal, ahí estaba mi respuesta.
La espera frente a la puerta del consultorio fue como si algo me estuviera carcomiendo desde el interior. La puerta del consultorio se abrió y fue el médico que llenó el vacío de mi pensamiento, solo escuche: “El resultado es positivo”. El mundo se paró. Mis pensamientos se pararon. Una sola y aniquilante pregunta salió en voz alta: “Me voy a morir?”. No me acuerdo absolutamente nada de lo que estaba aconteciendo a mi alrededor. Era Cáncer de mama.
Mientras este pensamiento se convertía en un tornado, agarre todos los papeles, certificados, teléfonos y más, para volver a casa y evaluar las posibilidades.
Ese fin de semana fui a Pordenone con Diego y vimos una muestra fotográfica, en el medio me comunique vía e-mail con mi ginecóloga de Buenos Aires, quedamos en encontrarnos ni bien llegue. La evaluación que hice en ese momento fue, que si bien estaba con Diego, mis suegros y tenía atención médica, me faltaba mi entorno; mi mama, mis amigos, el Hospital, mi mundo. Por este motivo encaré el viaje a Buenos Aires. Viaje que vertiginosamente se convirtió en un año de tratamiento.
Llegué el 25 de mayo del 2016 y una amiga me estaba esperando en el aeropuerto de Ezeiza, pasamos a buscar a Pau para luego ir a mi casa a desayunar. Desde ahí empecé a notar que no estaba sola, que había mucha gente que estaba dispuesta a acompañarme, y que cada uno desde su lugar podría brindar lo mejor de sí. Al día siguiente, salí del consultorio de mi adorada màstologa con un montón de recetas, estudios, fechas y derivaciones, esto se había convertido en mi trabajo, de esto iba a trabajar este año, CURARME. El peregrinaje comenzó con los estudios previos a la operación. Para no perder ningún detalle, tenía una agenda que amaba pero nunca la había usado porque estaba esperando un momento especial, y este era el indicado. Fue un regalo que me hizo una querida amiga que hoy vive en Madrid. La agenda era de unos años antes, pero a partir de ese momento, algo más cambió; todo lo que tengo no se guarda! se usa, se disfruta o se dona!
Ahora los hechos: 06:30am: tomografía computada con contraste. Acompañada de unos amigos fuimos al hospital, y con esto, le súmanos, la espera, la ansiedad y el sueño. Mi sonrisa, era una máscara más que el que un reflejo verdadero de una emoción. Tenía todas las fuerzas para enfrentar este estudio, y tenia que salir bien, así fue como todo fracasó. Fracasó!! en ese momento me enteré que tenía alergia al contraste. Se me había caído el mundo abajo, estallé en llanto. El técnico de la tomografía no entendía nada y probablemente estaba buscando una salida de esta situación vergonzosa. La solución, era quedarme sentada dos horas, con un suero con corticoides. Resultado: reprogramamos el estudio. El paso siguiente fue un Centellograma, también con contraste. Para esa misma noche habíamos organizado una cena en casa de un amigo y su esposa, pero…. después del estudio Yo era un cuerpo radioactivo que iba por la ciudad vagando y como bien dictan las reglas, no está permitido estar cerca de mujeres embarazadas, ni de niños. Obviamente la pareja de Luigi estaba embarazada y esta vez lo que fracaso fue la cena. El último estudio era una resonancia magnética, fui con una gran amiga del colegio, estaba andando todo bien, pero no hay dos sin tres, tuve un ataque de llanto cuando enfilaron la aguja del contraste. Era la primera vez que me pinchaba por mas de 10 segundos. Para ese fin de semana Diego ya estaba en Buenos Aires, y fue él quien se quedo sentado a mi lado en el ultimo estudio. En paralelo me preparaba mentalmente para mi primer anestesia y además me estaba preparando para crio preservar ovocitos. El día previo, tuve un turno con una psicóloga del Hospital, esa era mi primer operación y desconocía todo tipo de procedimiento. Ella me dio las herramientas y el paso a paso. Esto me dio seguridad y tranquilidad.
A la operación fueron varios de mis amigos, me sentí bendecida, sentía alegría haciendo lobby en la sala de espera. AMIGOS, esa es la clave de todo.
Horas después me desperté con dos bolas de plástico colgando. Y esto?. Los famosos drenajes. Increíble lo que estaba viendo. Inocentemente pensé que me los sacarían antes de volver a casa, resultado: 10 días de contar liquido.
La Primera etapa estaba superada. Días antes de la operación conocí a unas de las secretarias del sector de ginecología, ella se encargaba del papeleo de la crio preservación. Muy amablemente me pregunto como estaba y yo con mi cara desahuciada respondí: Y como querès que este?, ese encuentro que duró lo que dura el trámite burocrático, me dio una bocanada de aire, ella respondió: Ahora llora y pataleà todo lo que quieras, pero después de la operación, basta! Tenès que estar fuerte para lo que sigue! Sabias palabras. Seguí un plan de hormonas inyectables para la crio preservación. La última inyección del procedimiento tenía que ser respetada a rajatabla ese sábado a las 8pm. Para esa noche, teníamos planeado un asado en Ezeiza, estamos los cuatro en el auto de Luigi. A las 8pm en punto, Luigi estacionó en Av. Corrientes y Medrano, armamos el compuesto, cargamos la jeringa y a los 10 minutos seguimos camino. La medicina no tiene tiempo, espacio, ni lugar, atraviesa todas las barreras imaginables y más.
Superado también esto, estaba preparándome para la quimio. Mi turno con la oncóloga duro 1 hora. Tenía tantas preguntas!! Y mi santa oncóloga las respondió una por una. Julio, llegamos al mes de Julio, tenía preparada la heladera con los alimentos, las instrucciones estampadas, los medicamentos pre y post, la mente estaba lista y era martes. Mi amiga entrañable estuvo de viaje por Europa, y ese mismo día bajo del avión , dejo la valija, se cambió y nos juntamos en la puerta del Hospital. Era un martes fresco, me maquillé, me compré una cartera gigante y puse de todo adentro. Fui cargadísima de cosas y de energía, estaba dispuesta a recibir 100% la medicación para seguir sanando. Llegaron Luigi y Nico, éramos una bandita de cuatro, charla que te charla. Las aplicaciones las tuve hasta diciembre. Diversas y diversos ciclos. En los primeros tres meses fue todo más estricto, la medicación era más potente, los últimos tres meses fueron más relajados. Tuve la oportunidad de acercarme nuevamente mucho a la lectura, retome el cine, el teatro, hasta teatro para niños, dije que sí a cada invitación y propuesta que me hicieron, como por ejemplo: baby showers, cumpleaños, paseos culturales. Si la invitación era con cena, llevaba mi comida en mi contenedor, me híper tapaba del frio y salía. Tome café con leche caliente y leí en los bares. Aprendí un poco piano con una tanguera que conocí a bordo en mi ultimo contrato de trabajo. La programación de los centros culturales estaban a la orden día. A veces tan solo iba sola, otras con mi mamá.
Luego me anoté en la mutual del Hospital y realicé otro tipo de actividades, streching, yoga, mindfullness, Tai – Chi, entre otras. Se estaba acercando la suave y adorada primavera, y de su mano descubrí las bicicletas de la ciudad y ahí todo se volvió más lindo, la ciudad estaba hermosa, el viento en cara, los parques, el verde, el milagro de la bicicleta. La estrellita de todo fue que saldé mi deuda con el alemán, en la época que trabajaba a bordo era oro en polvo saber alemán, había aprendido a pronunciarlo cuando lo leía, pero nada más, y este espacio me dio la oportunidad de estudiarlo.
No pasemos por alto los grupos de apoyo, fundamental!! Fundaciones, caminatas, conferencias, grupos nuevos. Disfrute muchísimo del mes rosa, charla que había, charla que iba. Me dio mucho placer sentirme parte del movimiento rosa.
Hablemos de pelo un rato; lo tenia larguísimo, me empecé a despedir el fin de semana anterior a la primera aplicación de quimioterapia, estaba convencida que el día después de la aplicación, me iba a despertar completamente pelada. El sábado anterior a la primer aplicación, por la mañana fuimos con Pau a probar pelucas, y luego a córtalo. No quede pelada al 100%, fue cayendo con lentitud y tranquilidad. Había comprado una peluca, pero al final el pañuelo fue la mejor opción, solo lo use como faja, mi mamá tiene un colección de pañuelos, con lo cual los combinaba a tono. Cuando casi se había caído todo empezó a crecer nuevamente, y ahí lleve el pelo cortito. El pelo: el mal menor.
Además tuve puesto un expansor por 6 meses, y aquí encontré el incentivo. Estaba escalando una montaña que luego iba a ser recompensada con unas maravillosas y pomposas prótesis, quizás a ojos de muchos puede ser banal, pero hasta que punto? A mí me dio fuerza y calidad de tratamiento.
Llego Navidad, es a mi entender la época mas linda del año, luces, colores, arboles, espiritualidad y más. Pasamos el 24 en la casa de Luigi y su familia. La tranquilidad de pasar en un pequeño círculo y en paz, fue realmente reconfortante. Pero para año nuevo volvía a “casa”, pero ya no era Monfalcone, ahora era Mestre, ciudad que se encuentra quince minutos de Venecia en bus. Un sueño, mi sueño, aquí también me encontraba delante a otro incentivo, terminado todo me esperaba una vida cerca de la ciudad natal de mi mamá, esto tenía que ser otra montaña a escalar con una recompensa aún más grande. Pase ese año nuevo con Diego en la Plaza San Marco, la cena en casa fue de pasta, pescado, lentejas y brindamos! Diego tenía que trabajar en Saint Nazaire, con lo cual el día 02 de enero, estábamos viajando. Pase 15 días en Francia y volví, había que seguir. Era momento de cambiar el expansor. El sábado anterior a la operación nos juntamos con mi grupo de amigos en Ezeiza y las casualidades de la vida nos llevo a jugar a la quiniela y así fue como ganamos!, GA- NA – MOS: tres cifras, a la cabeza y en la nacional, que manera de empezar el año!!! Las prótesis llegaron con un pan bajo el brazo! Superada la segunda operación estaba lista para los rayos.
Llego el momento del examen genético. Mientras transcurría la quimioterapia asistí a un turno con una genetista y por los antecedentes familiares tenía unos estudios que llevar a cabo. El resultado arrojó: pertenezco al grupo de los BRCA2. Por un lado me quede pasmada, tenía que operarme de la mama izquierda y los ovarios por protocolo. Por le otro lado me sentí única, pero luego me di cuenta que era la mutación genética de Angelina Jolie y me sentí un poco mejor. La otra cara de la moneda me mostró que esa era la explicación de mi cáncer y esto me dio un respiro. Había un explicación científica a todo esto! Mi próximo paso son los ovarios. Una vez terminados los rayos, estaba lista para cerrar y seguir. Y así fue, cerré esta etapa y partí.
Una vez en Italia, armé mi casa, conseguí un trabajo, busque médicos, hospital y todo lo que estaba a mi alcance para sentirme como en mi mundo. Ese mundo que de un día para el otro me sacudió y me heló la sangre. Había programado la operación de la mama izquierda para diciembre y con ella llego la Navidad.
No soy Wonder Woman, ni una superada, ni muchos menos. Simplemente caminando, con pequeños pasos, paso a paso, me permití transitar mi enfermedad con responsabilidad, respeto, fe y amor. Intentando de hacer siempre lo que quería, lo que más me gustaba y podía, pero además sonriendo.
Obviamente tuve miedo, muchísimo miedo (aun lo tengo), tristeza, bronca, inseguridad, me aburrí, me cansé, me castigué, me arrepentí, me sentí sapo de otro pozo, pero siempre, siempre, me levante para empezar un nuevo día!
Espero que todos los que me hayan acompañado, hayan podido aprender algo. Esta escritura es una buena oportunidad para el agradecimiento. Estoy profundamente agradecida. Fui bendecida con los médicos, el Hospital, mi pareja, mi familia, mis amigos, mi religión, el universo y todo lo que existe en este mundo. Hubo vínculos que se habían roto con el paso del tiempo y se re-armaron, hubo vínculos que estaban agarrados con alfileres y se cayeron, y los que siempre estuvieron se solidificaron.
Hoy nuevamente en Italia, miro el sol con otros ojos, miro la vida con otros ojos. Hay muchísimas cosas lindas para ver y vivir!.
Y si de sanar se trata, todo este proceso me ayudo a entender las decisiones de mi padre. El también paso por un cáncer, cuando parecía que la tormenta había pasado, el cáncer volvió, y eligió no luchar más, motivo por el cual siempre estuvo bajo tela de juicio. Hoy ya no más, hoy elijo el perdón, la compresión y el respeto.
El camino del cáncer no es fácil, pero tampoco imposible.