Herbu

Desde lo más profundo de mi corazón puedo decir que no me shockeaste, no me amargaste, ni paralizaste mi existencia con tu aparición en mi mama izquierda.

Me viniste persiguiendo quizás como un destino y finalmente también quizás como una realidad para la sanación de mi alma.. porque viniste seguro por mi espíritu angustiado, mis sufrimientos de este último tiempo que no podía mi mente manejar..

Me perseguiste hasta en la memoria que tengo de ella, no lo he olvidado nunca y siempre como un destino lo tuve presente al cáncer de mi tía materna justamente en su mama izquierda, hace casi treinta años su diagnóstico fue fulminante, directo a quimioterapia sin intervención de ningún tipo y a los meses su triste desaparición con 50 años y una trayectoria profesional digna todavía de que muchos seres podríamos gozar de su inteligencia y vasta cultura. De ella aprendí lo que hoy vuelvo a leer en un libro genial de la médica homeópata unicista y naturista, que leí a propósito de mi tratamiento homeopático con ella a quien elegí para sanar: <No hace un conflicto emocional o una determinada enfermedad “quien quiere, sino quien puede”>, mi tía me lo decía siempre simplemente así: “no enferma quien quiere, sino quien puede”, y ella pudo enfermar pero de manera terminal ésa única vez creo, ya que nunca enfermaba, siempre estudiaba y trabajaba, y partió.. La tuve, y hoy más que nunca la tengo presente, cuando debía asistir a mis rutinas anuales de los estudios médicos de control porque a pesar de haber dado de mamar a mis hijos más de los años necesarios y digamos convencionales, en varias oportunidades tuve sustos del temido cáncer que al común de los mortales paraliza, por algún diagnóstico siempre negativo felizmente en esas oportunidades, también cuando decidí cuidar mi salud en cuanto a mi alimentación, y mucho de sus consejos y enseñanzas que no supe asimilar en mi juventud los puse en práctica después de su muerte. En mi ser, su desaparición física no fue en vano, siempre está en mis pensamientos, vivencias y hábitos, quizás aplicando algo de esa suprema inteligencia admirada y hasta envidiada en el detalle mas insignificante. Podría afirmar que pude acercarme a una inteligencia emocional que seguramente es la que ella no pudo aplicar ni abordar en su vida personal, pues seguramente no estaba en concordancia con sus íntimos deseos como mujer habiendo elegido lo impuesto por una nación como estado civil <soltera>, sumado a los mandatos sociales de esa época y los familiares, una familia materna tan peculiar que no entraba en los cánones religiosos ortodoxos pero si estructurados en lo que hace a la moral y lo que llamaban <buenas costumbres>, con toda la libertad que tenía de pensamiento podría asegurar que no pudo salir de esa cruel estructura y también podría afirmar que tal situación más otros componentes de persecución laboral casualmente por su gran inteligencia y competencia profesional en su instancia laboral en la universidad en esos sus últimos años, fueron los que determinaron la aparición de su cáncer de mama. Recuerdo cuando un dialogo que pudimos tener a solas, me había permitido decirle que podía sacarle un turno en el psiquiatra psicoanalista que yo asistía si así lo deseaba para consultar sobre su padecimiento, y también diciéndole como una suerte de consejo, que abandone el hecho de estar durmiendo en el mismo cuarto con su madre como en toda su vida y tome la decisión de ir a vivir con su amiga de siempre que tanto la quería y eran felices juntas y la cuidaba en su dolencia y sufrimiento de ese cáncer ya avanzado, por supuesto sin un resultado positivo a mi pedido, y así fue su final negativo sin vivir quizás dejar fluir su deseo de siempre.. y siempre quizás reprimiéndolo..

Y ahora sí, estoy yo con este cáncer en mi vida, en todo mi pensamiento y mi alma entera. Un diagnóstico dado después de estudios de rutina: <IMPRESIONANTE TROCANTERITIS> misterioso diagnóstico para mi porque siempre había cuidado mi cuerpo para vencer la genética familiar y la creencia de las amplias posibilidades de contraer las enfermedades del clan, esta trocanteritis puedo decir que sí me paralizó por el agudo dolor en mi cadera izquierda (la izquierda parece que me persigue en todo..) durante el día, incrementándose por la noche. El profesional que elegí después de tratar en solitario de mitigar mi padecimiento, me explicó que podría ser un trauma causado por un accidente cuando realizaba mi rutina en bicicleta o el mismo desgaste del tiempo ocasionado por los años, un diagnóstico final y tristemente limitado que no me dejaba obtener mi autoconocimiento y percibir que era un síntoma de mucho de los traumas vividos en mi niñez y de las herencias de ese clan que no podía manejar. Me vi privada por esa prescripción médica y estricto tratamiento terapéutico kinesiológico de continuar con esa noble actividad física que fue mi cable a tierra, mi pasión y mi sanación desde mi juventud en mi decisión de hacerlo con esa benéfica rutina, y ahora lo sigue siendo en mi edad de adulta mayor con mis 59 años con la misma pasión y rigor de práctica impecable para mantener mi estado físico y general en condiciones. Igualmente, no podía asistir a las clases de tango que hace unos cinco años estaba asistiendo religiosamente junto a las milongas, que alegran y dan también pasión a mi vida. Sufrí esa dolencia en toda mi existencia sin percibir de manera inteligente que necesitaba un estricto tratamiento psicoterapéutico también. Mientras lo que me quede en esta vida, no olvidaré que he pasado unos largos ocho meses de un sufrimiento que provenía desde lo más profundo de mis vísceras, desde lo más profundo de mi alma, había sentido como si el mundo que tanto me había costado construir divagando por muchos sitios y cargando una suerte de estigma por un hogar materno disfuncional en muchos sentidos, había sido destruido por algo poderoso. Se incrementaban momento a momento mis recuerdos de la muerte súbita de mi padre a los 57 años, atribulado en su vida por el suicidio de su padre a su misma edad, mas las desavenencias con mi madre, incrementándose igual mis propias desavenencias por la separación del padre de mis hijos y mis siempre situaciones de infortunio en el amor en mi suerte de destino o un karma de soledad, sumado a mis miedos repentinos a la vejez en soledad que por primera vez sentí a raudales y había estado planteando algo distinto anteriormente quizás fijado como meta o tal vez como una cierta resignación pero tomada conscientemente, me atormentaba esa idea de haber fallado a mi propia esencia como mujer, a mis ideales y estar sufriendo por ello.

Mi tristeza fue profunda, tanta que no podía salir de ella aún pensando retomar lo que había acontecido en mis años de sesiones en terapia, no podía pensar en buscar un turno para la consulta, no podía tomar la decisión de volver, esa trocanteritis si logró esa parálisis en mi vida como trabajadora del arte y en mi trabajo como agente técnica dependiente de la universidad, permaneciendo en un estado de inacción, como si no pudiera accionar mi mente para crear ni el más mínimo detalle, paulatinamente , segundo a segundo como si estuviera en la misma nada.. Me salvaban mucho, los pequeños ojos y la creatividad de mis alumnitos de pintura y me mantenían alerta hasta la clase próxima. Pero finalmente estoy convencida y puedo dar testimonio de lo que he sentido en mis fibras más íntimas, en todas mis vísceras, que lo que produjo mi química cerebral para generar la señal y la muerte de mis células y el nacimiento de mi cáncer, fue la operación de urgencia de mi única hija mujer de 17 años, a los pocos meses de alta de mi padecimiento del trocánter, con quien además tengo una particular relación de ambivalencias y antagonismos en su edad adolescente y mi edad adulta diría cronológicamente “mayor” (la he parido a los 41 años), nuestro cariño mucho está postergado y reemplazado por ofensas muchas veces, amores y odios contrapuestos, pero ambas sabemos en nuestro mas íntimo pensamiento y sentimiento,  que el amor que nos une va más allá de toda circunstancia, ella sabe que he dado mis años más fecundos y maravillosos de mi juventud y su niñez para servir, amar y mimar hasta el cansancio a mis dos hijos, abandonando hasta a mi amado arte y mis ideales románticos o no de establecer una nueva pareja luego de la separación de su padre a su edad de 4 años, que ni lo pensaba ni deseaba y ahora ella me lo pide.. Su diagnóstico médico fue un teratoma de ovario de 18 centímetros, extirpándole el ovario derecho. No sé si lo habré soñado o como dije anteriormente lo sentí en mis vísceras, pero lo cierto es que le supliqué a Dios y al Universo que sea yo quien padezca un cáncer si el destino para ella lo disponía, lo rogué como nunca lo hice por nada ni nadie hasta saber el resultado de la biopsia, y hasta le pedí que la retire del laboratorio a su padre porque en ese momento logré poder hacer una lumbalgia luego ya de estar de alta y superar por completo la trocanteritis. En ese estado de postramiento, recordé la cirugía de mi propio tumor teratoma a mis 31 años sin extirpamiento de ovario y con todos los miedos vividos en mi época de soltería y noviazgo con su padre sin poder creer que mi hija lo estaba padeciendo con total madurez y entereza a su edad adolescente y con mayor peligro en su diagnóstico. En un taller de Biodescodificación Consciente invitada por la que sería mi médica de cabecera para el tratamiento de mi cáncer, me descodificaron la fecha del inicio del tumor maligno y coincidió con la fecha de la intervención quirúrgica de mi hija. Empalmé una y otra enfermedad o más bien síntomas y finalmente, al llevarla para su control a los treinta días, siendo que todo había salido muy bien con resultado satisfactorio, aproveché para pedirle al médico ginecólogo que compartimos el pedido para mi control anual de rutina, y al obtener los resultados en esa fatídica visita a la consulta, me comunicó el resultado de mi tumor maligno derivándome a los facultativos correspondientes y posterior tratamiento con quimioterapia.

Lo cierto es que llegó a mi mama izquierda en mi propio cuerpo, a pesar de haberlo cuidado tanto. Un cáncer de los más agresivos que según profesionales alópatas tiene su propia droga para la curación desde hace unos 15 años, que asimismo debo pensar en estar bendecida, que me tocó uno <lindo, rubio y de ojos azules> literalmente con sonrisa en la boca me lo dijeron. Habiendo cumplido desde un principio con la medicina tradicional hegemónica alopática, he tomado a continuación como camino referente y de cabecera principal a la homeopatía, (gracias a una recomendación de mi hermana que me ha acompañado en este proceso aún de la distancia que muchas veces nos ha separado) no solo porque muchas veces acudí a esa medicina que llaman alternativa, sino por una suerte de postura ideológica y vivencial de no entrar en el inexorable destino de efectos secundarios que siempre había asistido en las múltiples enfermedades de mi madre y las reiteradas visitas a la consulta de diferentes especialidades médicas con sus idas y vueltas de diagnósticos sin fin. Mi pasión por la naturaleza, la ecología y la vida sana me hicieron elegir no solo la homeopatía sino la orinoterapia y otros tratamientos alternativos, lo había pensado pero no tuve el valor (podría decir aún sin analizar demasiado) de tomar la decisión de renunciar a la quimioterapia como camino para la curación, fueron muchos los motivos, además de sentir la esperanza de que en solo cuatro sesiones como dijeron los médicos podía extinguirse el tumor. Y así estoy ya en la última sesión, esperando para la consulta y realización de los estudios finales y sus resultados, acompañada por una profesional maravillosa la que mencioné que he elegido para mi tratamiento de sanación y que ha cambiado mi vida.. ¡me ha insuflado vida a montones! y es quien me hizo tomar la verdadera consciencia de lo que significa VIDA SANA, logrando cambios verdaderos, satisfactorios y fundamentales para mi bienestar futuro en mi fuerza vital, mi relación con el alcohol provocado seguramente por el alcoholismo de mi padre ha cambiado también, ya que he tomado consciencia que no buscaba solo un placer relacionado con el plano social o una situación recreativa de una fiesta o almuerzo u otra situación en comunión con amigos o familiares, sino llegar al límite del sopor o una especie de narcosis provocado por los efectos ya nocivos del alcohol sin tener la consciencia de revertirlo y siempre generalmente en absoluta soledad. He cumplido con todo lo que mi mente, mi voluntad, y mi cuerpo han podido, pero sí religiosamente con la prescripción del tratamiento para sentir profundamente los cambios en todo mi ser respecto de la dieta alcalina y orgánica recuperando mi peso que había perdido al dejar de tener actividad física en la bicicleta esos meses, con la toma del homeopático base seguro siento que estoy recuperando mi temperamento con el humor que siempre había tenido y la moderación del ánimo, mis deseos de volver a la práctica de yoga de mi juventud con todo mi espíritu abierto y volver a mis horas de trabajo de pasión con mi pintura y mi arte todo. Muchas veces con toda mi devoción por su método sistematizado y por su excelencia como persona y profesional, le dije que ya no sentía el tumor en mi mama, y ella con su especial firmeza, voz y mirada me respondió:

-Si, estoy segura..

Por mi admiración al método holístico de la medicina consciente que la médica que elegí profesa y la forma particular y la eficiencia con que la transmite, sumado a mi actitud desde el día uno de abrazar como en el mejor tango a mi cáncer y lograr salir de mi ignorancia con mi autoconocimiento, he logrado tener consciencia de la verdadera dimensión de mi alma y el sentido verdadero del universo que contiene a los mortales todos, con el firme pensamiento, convicción, sentimiento y propósito que debo tener para la evolución de mi vida en este planeta conservando mi energía vital y la seguridad de que las enfermedades como este cáncer vienen por nuestra propia naturaleza y como decía Hipócrates, citado en el libro de medicina consciente de autoría de la homeópata, “Las fuerzas naturales que se encuentran dentro de nosotros son las que verdaderamente curan las enfermedades”, recordando siempre que “no se enferma quien quiere, sino quien puede”, ahora lo he comprendido, entendido y vivido en un contexto diferente, real y verdadero. La existencia de mi cáncer, la creencia en mi propia fortaleza para sanar, el apoyo de todos los que estuvieron a mi lado acompañándome íntegramente, han proporcionado a mi alma toda la firmeza existencial que debo tener y continuar adquiriendo para seguir en este plano por un tiempo más, que ojalá sea largo y mi vida termine porque se apagó maravillosamente cumpliendo mi ciclo vital sin las penurias de una crónica ni grave enfermedad, también concepto reafirmado también en ese vasto y ejemplar libro.

Lo tengo claro y estoy convencida que mi sanación está hecha y esa energía vital satisfecha, y que seguro continuará su evolución con mi ser en la misión de engrandecimiento y bendiciones para este planeta TIERRA y este UNIVERSO todo. Lo tengo instalado firmemente en mi consciencia que voy a sanar de todos mis males y traumas, voy a trabajar para ello por esta circunstancia recientemente vivida y con todos los seres de luz que trabajan para el bien de sus congéneres, con mis amigos, con mis hijos, con mi familia, con mi gente existente de todos los días que acudo a ellas por diferente necesidades y los que acuden a mi a quienes ofreceré mi espíritu, mi humanidad y toda mi alma, y así podré permanecer dejando huellas y contribuyendo con mis pequeñas acciones, mis cambios permanentes para ser mejor y estar en sanación permanente  de mi alma y así contribuir para lograr los cambios que necesite este bello y majestuoso mundo nuestro. GRACIAS PADRE.. AMEN.-